jueves, febrero 26

Los nuevos retos de la Universidad de Sonora


Por Rubén Flores Espinoza, registrado como Candidato a Rector de la Universidad de Sonora

La Universidad de Sonora al igual que el conjunto de las instituciones públicas de educación superior, enfrenta actualmente una compleja problemática derivada tanto de la situación económica del país como de la urgencia de elevar la calidad e impacto social de sus programas docentes y de investigación.

En la atención a los grandes retos planteados anteriormente y ante la imposibilidad de contar con recursos extraordinarios, las instituciones públicas y particularmente la Universidad de Sonora están obligadas a dar respuestas factibles y realistas a partir de sus propias fuerzas y capacidades. Esas respuestas deben necesariamente incluir como objetivos prioritarios los siguientes:

a) Fortalecer la estructura y organización académica y administrativa bajo las cuales realizan sus funciones,

b) Optimizar el uso y aprovechamiento de sus recursos humanos, presupuestales, normativos y materiales,

c) Vincularse efectivamente al conjunto de las instituciones públicas estatales para la integración de un verdadero Sistema de Educación Superior Pública en Sonora.

Todo lo anterior con el propósito de elevar la calidad y el impacto social de sus programas educativos y los productos del trabajo de sus profesores e investigadores.

En el caso de la Universidad de Sonora, el primer imperativo tiene que ver con el fortalecimiento y cabal aplicación del modelo de organización académica que le define la Ley Orgánica y que a casi veinte años de su promulgación muestra en su implementación notables omisiones, incumplimiento de sus directrices así como problemas de criterio en su operación. Como ejemplos de lo anterior, basta señalar la inoperancia de la organización por Academias para el trabajo de investigación en los departamentos, la omisión en la creación de los Comités de evaluación de los programas de licenciatura y posgrado, y la inobservancia de los perfiles adecuados en los nombramientos de los órganos personales de dirección en las divisiones y los departamentos. También es de hacer notar la poca interacción y desigual desarrollo de las distintas Unidades Regionales y la concentración de recursos en la Unidad Centro.

En lo que respecta a la optimización de los recursos humanos y materiales que utiliza la Universidad, es de notar el desperdicio que representan los actuales índices de reprobación y deserción y que se manifiesta en el hecho de que sólo uno de cada dos estudiantes admitidos por la Institución consigue mantenerse y concluir sus estudios. Este problema, si bien tiene su origen en diversas causas, en gran medida es producto de la deficiente preparación de los egresados del bachillerato así como de las prácticas pedagógicas y formas de seguimiento y evaluación bajo las cuales se atienden los programas docentes. Lo anterior, nos obliga por un lado, a replantear las políticas de admisión y de coordinación de la Universidad con las instituciones de educación media superior y por otro, a atender el problema del aprovechamiento escolar a partir del establecimiento de estándares y sistemas de control y evaluación de la calidad tanto en la atención de los cursos como en la formación de nuestros estudiantes.

Como es natural, el recurso mas importante de la Universidad son sus profesores e investigadores. La calidad de los resultados y productos universitarios, depende directamente de la productividad del personal academico, de su iniciativa para innovar y de las condiciones bajo las cuales desarroll a su labor. Si bien es cierto que los niveles de escolaridad y habilitacion han venido mejorando bajo el apoyo de las politicas nacionales, la planta universitaria ha venido envejeciendo y su recambio o renovación es ahora uno de los grandes retos de la Universidad. Este problema requiere una solucion compartida y construida en el mediano plazo entre la Universidad, su comunidad y los gobiernos tanto estatal como federal.

Finalmente, en lo relativo a una vinculación efectiva con las demás instituciones publicas de educación superior en Sonora, La Universidad de Sonora por su tamaño relativo y por sus mayores recursos académicos y presupuestales, tiene la responsabilidad de encabezar la construcción de un verdadero sistema de educación superior pública en Sonora bajo criterios de homogenización y certificación que permitan el intercambio y movilidad de estudiantes, la revalidación de cursos, la atención y oferta conjunta de programas y el uso compartido y eficiente de los recursos públicos.

Las anteriores observaciones y propuestas, constituyen en mi opinión, las respuestas factibles y necesarias que exige la situación actual del país y el reclamo social por una educación pública de alto valor y calidad.

Hermosillo, Sonora. Febrero 2009

El Dr. Rubén Flores Espinoza es Investigador Titular en el Departamento de Mateméticas de la Universidad de Sonora

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