jueves, marzo 26

Heriberto, un académico sencillo, que escucha, que dialoga, que delega

Por Jeff D.


Yo sabía que el apellido Grijalva Monteverde era de mucho valor. Sabía precisamente de la familia de donde provenía. No por nada el Piuy (el Jesús) fue mi amigo de siempre, y también teníamos las mismas coincidencias en nuestras respectivas posiciones ante la vida y el trabajo mismo.


Cuando conocí a Heriberto, su juventud no fue ningún impedimento para saber que estaba ante una persona inteligente, que sabe manejar el discurso, académico, científico, pero sobre todo, una persona con una visión humanista de la realidad.


Había escuchado de él a estudiantes, maestros y trabajadores de la Universidad, siempre refiriéndose de una manera positiva. Eso lo constataría pronto yo mismo, cuando fui a buscarlo para pedirle apoyo para el encuentro de escritores.


En primer lugar, la cita fue casi de inmediato, no me la dieron para una semana o quince días después, como sucede con la mayoría de los funcionarios. Ni tampoco hubo que esperar mucho en la sala de vicerrectoría. Él mismo abrió la puerta y allí me tendió la mano. Nos saludamos y fuimos al grano, al objetivo. Debo decir que uno recibe evasivas de los funcionarios y nunca llegan a nada, te citan para después, después claro está de quejarse del presupuesto y todas esas cosas, y cuando llega el momento nunca los encuentras, no están, desaparecen, y lógico, no hay apoyo.


Heriberto como vicerrector tuvo de inmediato la visión que otros no tienen sobre la importancia de un evento de estas características. Desde un primer momento se mostró interesado, hizo propuestas, puso a disposición todo su apoyo a través de Vicerrectoría.


Eso fue en el primer año que estaba al frente de esa importante posición. Al año siguiente, los apoyos fueron con la misma celeridad y sin condiciones de ningún tipo. “Para eso estamos aquí, dijo Heriberto, para gestionar, para que se realice el trabajo”.


Me dije: “ojalá alguien con las características de este joven científico y académico, abierto a todos, que escucha, que propone y que delega, sin ambiciones del poder por el poder, sólo sus ganas de servir a sus semejantes, llegue a ocupar el puesto más importante de nuestra institución”.


Hoy, Heriberto Grijalva Monteverde es candidato a la rectoría de la Universidad de Sonora.

Es el rector que queremos todos.


Sabemos que no se va encerrar en su búnker, sino que estará atento a su propia comunidad en la que siempre se ha destacado por servir a su Alma Mater.


Ese es Heriberto, sencillo, que escucha, que dialoga, que delega… tenemos la plena seguridad que la Universidad de Sonora entrará a otra etapa donde por sus frutos será reconocida, por el saber de sus hijos que hace su grandeza… y ese trabajo se notará de inmediato en la misma Universidad, en el estado de Sonora y en toda esta gran región de México.


Heriberto, por supuesto, rector!

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Resumen: como me dio dinero, ahora que sea rector. ¿Y si Blanca, Zarina, Ojeda también dieron dinero? Oh calamidad, que decisión tan difícil. ¿Ese será el criterio de la Junta? Si es, ya ganó Heriberto, por lo menoslos tres votos de los que fueron a la fiesta del rector.