miércoles, septiembre 4

El ocaso de un líder… ¿y de un sindicato?

Oscar Yescas Domínguez

Al siglo XXI se le ha llamado el siglo de los movimientos colectivos en virtud de que diversos movimientos sociales han sacudido a la mayoría de los países del mundo y han obligado a su transformación interna que en algunas ocasiones se ha traducido en un cambio de régimen al quitar a un gobernante, por lo regular un dictador e imponer a un nuevo líder.
Ciencias como la Historia, la Sociología y la Economía nos han enseñado a descubrir que detrás de las acciones de los grandes líderes se encuentran causas ocultas e impersonales, que reflejan que detrás de la acción de grandes hombres y mujeres está el trabajo del pueblo y que por tanto, los cambios sociales no son resultado de la acción de un individuo, por lo que puede cuestionarse el mito del héroe que cambia la historia.
Pero cuando dejamos los libros y vemos la realidad se observa que el mito sigue funcionando, ya que las multitudes que luchan por conquistar el poder, una vez que lo logran, entregan el poder a manos de una minoría, y éstos lo depositan bajo la conducción de un hombre que al final termina por desconocer a todos los demás, inclusive a los que dice representar, a aquellos que le dieron el poder. Las masas se siguen concentrando en el siglo XXI en torno a la figura de un líder, que al final los abandona, por lo que se puede decir que las masas reinan pero no gobiernan (Serge Moscovici. La era de las multitudes). Persiste entonces la idea generalizada de que el cambio social depende de individuos que posean cualidades de liderazgo únicas y difíciles de encontrar, capaces de influir sobre las masas para dirigirlas hacia cambios específicos.
¿Cómo y porqué sucede esto?, para responder a esta interrogante tendremos que recurrir a una ciencia que es la Psicología social que estudia entre otras cosas el fenómeno del comportamiento colectivo y nos ayuda entonces a entender la relación que existe entre los líderes y las masas, que no es otra cosa que la búsqueda y conquista del poder social. Algunos escépticos tienden a ignorar o desconocer las aportaciones de esta ciencia en este punto, llegando a incurrir en un reduccionismo científico. Sin embargo, la validez de los planteamientos de la Psicología Social, al estudiar la Psicología de las masas, se reafirma al ver que nos permiten describir lo que otras ciencias han omitido.
Por cuestión de método debemos partir de la definición de liderazgo, la Psicología define al mismo como la capacidad de una persona para influir sobre otras personas para la realización de un conjunto de tareas que les permite alcanzar metas comunes. Una vez dicho lo anterior, al analizar la relación que existe entre un líder social y la masa de seguidores, lo primero que resalta es que el vínculo que los une es básicamente la búsqueda del poder. Ya sea el poder de conducir una nación, un partido político, una organización o conjunto de ellas.
Si descendemos el nivel de análisis dejando a un lado la lucha por el poder de conducir una nación, podemos ver que lo mismo sucede en los partidos políticos, en las iglesias, en los sindicatos, instituciones que en México y buena parte del mundo, atraviesan en una crisis de credibilidad, originada precisamente por una crisis de liderazgo.

La sociedad mexicana atraviesa por una crisis política, que se refleja en la crisis que se presenta en las instituciones que son fundamento de la misma. Es decir, en las instituciones mencionadas líneas arriba, se observa una crisis de liderazgo, en la medida de que hay una crisis en la relación dirigente-dirigido. Los dirigentes formales se han distanciado de quienes dicen representar, tienen el poder formal, pero no la autoridad moral.
Todo lo anterior me sirve de marco referencial para analizar un ejemplo que viene a reforzar el planteamiento de la descomposición de las organizaciones por la lucha por el poder. Veamos como muestra tan sólo un botón.
El Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS), desde su origen ha sido un modelo de sindicato a seguir. Por un lado, las prácticas democráticas que caracterizan su dinámica interna en las elecciones de Comité Ejecutivo y Delegados Sindicales, se han realizado en forma intachable, por lo cual se ha ganado el reconocimiento de otras organizaciones sindicales como modelo de sindicato democrático.
Por otro lado, su papel de organización que va mas allá del sindicalismo al realizar una crítica social le ha permitido realizar la construcción paulatina de un liderazgo del STAUS en los movimientos sociales que se han dado en el estado de Sonora y que buscan consolidar la democracia en nuestra sociedad.
La trayectoria democrática del STAUS lo ha posicionado entonces en un lugar en el cual es un punto de referencia necesario en las diversas luchas y movimientos sociales que se presentan en nuestra ciudad y Estado. Por lo mismo, se ha convertido también en el blanco de ataques de las autoridades de gobierno estatal en turno y lamentablemente también, de las autoridades administrativas de la Universidad de Sonora, que desde la aprobación de la Ley 4 hace 20 años, han agudizado sus embates al STAUS, intentando eliminar derechos ya conquistados y con la clara intención de terminar con el mismo.
Afortunadamente, la fortaleza interna de nuestro sindicato no solo nos ha permitido mantenernos en pie de lucha en la defensa de los intereses de los trabajadores, sino también crecer y fortalecernos cada día más como organización sindical, en un proceso constante de democratización interna.
A riesgo de ser etiquetado, podría decir, desde mi perspectiva muy personal, que el STAUS fortaleció su espíritu democrático en los últimos años cuando fue electo el Dr. Sergio Barraza, quien al frente del Comité Ejecutivo mantuvo una defensa firme de nuestros derechos y contribuyó en gran medida a dignificar al magisterio universitario. Su actuación le permitió ser reelecto para un segundo período de dirigencia sindical, que continuó con la misma tendencia de democratización de la vida interna del STAUS.

Al terminar este segundo período, se decide impulsar la candidatura a la Secretaría General del STAUS a un miembro del equipo de trabajo de Sergio Barraza, eligiendo para ello a Jorge Rountree Cons, quien se comprometió a continuar con el proceso de democratización y fortalecimiento del STAUS. Como era de esperarse, Jorge Rountree obtuvo con amplio margen la victoria en las elecciones internas, ya que su imagen estaba avalada por la trayectoria anterior del Dr. Barraza, y se esperaba diera continuidad a la línea de trabajo iniciada cuatro años antes.
Pero (aquí vienen los peros), lejos de realizar un trabajo en equipo, Jorge Rountree prefirió la vía del individualismo y del liderazgo autocrático en la conducción de una organización sindical que agrupa a la élite de la inteligencia en nuestro Estado y que exigía la realización de un trabajo en equipo. Contraviniendo la esencia democrática del STAUS, asumió el control del Comité Ejecutivo, como si fuese el Director de una organización y los integrantes del Comité Ejecutivo sus empleados, olvidando o pasando por alto que el Comité Ejecutivo es un equipo de trabajo donde cada integrante tiene tareas, funciones y responsabilidades asignadas.
En esa línea, su afán de poder y control le llevó a centralizar todas las decisiones en el STAUS, invadiendo las esferas de responsabilidad del resto de integrantes del Comité Ejecutivo que tienen la responsabilidad de cumplir con las funciones de sus carteras especificas. Varios hechos corroboran la afirmación anterior,
Durante la huelga del 2,012, no convocó a reuniones del Comité Ejecutivo en momentos críticos del conflicto, responsabilidad que le corresponde a su cargo de Secretario General. En las negociaciones contractuales y salariales que tocaron en ese período, incurrió en la realización de reuniones a solas con autoridades gubernamentales y administrativas de la Unison, excluyendo la participación de otros integrantes del Comité Ejecutivo, generando con ello suspicacia y desconfianza. Si lo anterior se considera cuestionable, lo es mucho más la falta de transparencia en el manejo de las finanzas del STAUS, ya que tampoco ha cumplido su obligación de informar oportunamente del manejo de los recursos financieros del STAUS. Como resultado ha surgido como nunca antes se había visto una desconfianza de la base sindical en su Secretario General.
Últimamente, en período preelectoral de cambio de Comité Ejecutivo, ha tenido la pifia de enviar comunicados con su nombre y firma a nombre de una nueva corriente sindical, la corriente naranja, olvidando que todavía es el Secretario General del STAUS, con lo cual proyectó sus intenciones de participar en la próxima contienda electoral para elegir al nuevo Comité Ejecutivo y continuar disfrutando del poder.
Con todo lo anterior, el caudal político de Jorge Rountree ha venido disminuyendo drásticamente en estos dos últimos años, porque su comportamiento antiequipo de trabajo ha sido evidente cada vez más. Es importante mencionar que el problema que estamos analizando, no es el problema de una sola persona, porque estamos hablando de la persona que ocupa el cargo de Secretario General de un Sindicato que de manera progresiva ha perdido terreno en la influencia social que tiene en nuestro Estado, al grado de que un sector de la ciudadanía sonorense tiene en estos momentos una percepción negativa de los maestros de la Universidad de Sonora.

Entonces estamos hablando del ascenso, descenso y ocaso de un líder que se lleva consigo en su espiral descendente y destructiva, parte de nuestra fortaleza y vitalidad como sindicato al grado de que el STAUS como organización sindical ha perdido fuerza y prestigio social notablemente.
Como consecuencia de su comportamiento, Jorge Rountree ha creado una división al interior de la dirección sindical. Vemos un comité Ejecutivo dividido y debilitado al grado tal de que ha sido incapaz de frenar esta espiral destructiva de su dirigente máximo. Esta tendencia autodestructiva y debilitamiento del STAUS la han percibido las bases sindicales y sobre esa percepción es cómo podríamos explicar que en la revisión contractual de este año, los docentes votaron mayoritariamente por la no huelga, a pesar de que la respuesta de la administración universitaria no satisfacía nuestro pliego petitorio. La pérdida de confianza en su dirigencia sindical impuso el voto por la no huelga.
Al tratar de explicar el comportamiento de Jorge Rountree, debemos tomar en cuenta su formación como psicólogo, su militancia previa en las filas de izquierda y su pertenencia al equipo de trabajo que lidereaba Sergio Barraza. Estos elementos generaron cierto tipo de expectativas iniciales sobre su comportamiento, se esperaba que continuara la línea de Sergio Barraza, lamentablemente no fue así. ¿Qué sucedió? Podemos decir que su conocimiento de la Psicología le permite distinguir entre un trabajo en equipo y un liderazgo autocrático, entre lealtad y traición, entre democracia y autoritarismo.
Todo psicólogo tiene, o debe tener, conocimiento sobre las teorías, métodos y técnicas para realizar intervenciones en grupos, organizaciones y comunidades. Sobre esas bases, no se puede pensar que el comportamiento de Jorge Rountree, al excluir a los demás integrantes del Comité Ejecutivo del proceso de toma de decisiones, al utilizar las finanzas del STAUS en forma obscura y no transparente, es producto de su ingenuidad o inmadurez, en realidad podemos afirmar que sabe lo que está haciendo, que tiene plena consciencia de sus actos.
El problema es que sólo él lo sabe, los demás solo podemos especular sobre sus intenciones, pero en base a su comportamiento podemos hacer un ejercicio de predicción. En los hechos, Rountree se ha separado no solo de los integrantes de la corriente sindical dorada que fue la que le dio cobijo y lo catapultó como líder sindical, sino que también se ha separado del resto de integrantes del STAUS, al tomar decisiones que perjudican intereses colectivos. En los hechos optó por un liderazgo autocrático y excluyente que beneficia intereses obscuros, por lo cual se puede hablar de falta de lealtad, de integridad y compromiso en su palabra.
Los últimos comunicados que ha firmado Jorge Rountree, reflejan una contradicción digna de analizarse, uno en el cual firma como integrante de una nueva corriente sindical la corriente naranja, que demuestra que se ha olvidado de que es el Secretario General y que su atención está puesta en el próximo cambio de Comité Ejecutivo.
En el último escrito que firma como Secretario General, utiliza un discurso a favor de la unidad y llega al extremo de afirmar que ¿"no hay motivo sindical grave de arrepentimiento"?, y curándose antes de espinarse, afirma que "no hay unos sindicalizados buenos y otros malos. Lo que hay son visiones y proyectos de liderazgo".

Discurso tardío e intento de seducción vano porque los profesores tenemos ojos, oídos y memoria. No nos vamos con la finta del que hable bonito, sobre todo si quien lo hace nos ha despreciado e ignorado al momento de tomar decisiones en una forma tan personalizada que envidiaría cualquier caudillo. Son intentos que rayan en insultos a la inteligencia y memoria de los integrantes de una organización que aglutina a la clase intelectual de nuestro Estado.
Si retomamos la definición de liderazgo en Psicología, cabría esperar entonces que los integrantes de un equipo de trabajo (como el Comité Ejecutivo del STAUS), realicen un conjunto de actividades cumpliendo cada quien con sus responsabilidades, dirigidos por su líder formal el Secretario General.
¿Hasta qué punto Jorge Rountree ejerció un liderazgo incluyente con los integrantes del Comité Ejecutivo? La respuesta es: en ningún momento. Al parecer Rountree piensa que los integrantes del Comité Ejecutivo que encabeza y los integrantes del STAUS no somos lo suficientemente maduros para ser tomados en cuenta, ya que optó por un estilo autocrático, centralizador y excluyente.
En su último comunicado como Secretario General, utiliza un discurso conciliatorio, negando la hegemonía de alguno corriente sindical, abogando por la unidad sindical, un buen discurso, pero a final de cuentas, lamentablemente muy alejado de la realidad, ya que la unidad es lo que más estuvo ausente en su gestión como Secretario General del STAUS. Llama la atención que envíe esta carta en un contexto prelectoral, ya que suena a lavado de imagen.
Luego entonces, en base a lo anterior, no es muy aventurado predecir que Jorge Rountree intentará buscar su reelección como Secretario General del STAUS o al menos, ser parte del próximo Comité Ejecutivo, para lo cual ha buscado apoyo fuera de la Corriente Dorada, que le ayudo a llegar al poder. Busca continuar en el mismo ahora en la conformación de una nueva corriente, la Corriente Naranja de reciente creación. Partiendo de que los integrantes de esta corriente son maestros universitarios con amplia trayectoria, considero que no son ingenuos ni inocentes.
Saben de antemano de quien están tomando la mano, conocen la trayectoria de este líder sindical que se encuentra en pleno ocaso y por tanto, deben estar preparados para cualquier tipo de consecuencias que se desprendan de esta alianza que podría ser "el beso de la muerte" para sus aspiraciones de ser parte de una dirigencia sindical.
Lo que debemos hacer el conjunto de sindicalizados es evitar que en su caída arrastre al STAUS en su inevitable tendencia a la desaparición.
¿Cómo podemos lograr esto?, para empezar, cada integrante del STAUS debe clarificar las características de su contrato psicológico con el mismo, es decir, debe resolver que espera del mismo y que es lo que está dispuesto a aportar. Con esto definiría el tipo de relación y grado de compromiso sindical.
Considerando la tendencia que se observa en México y a escala internacional, de destruir las conquistas y derechos laborales que se han obtenido a lo largo de años de luchas laborales y sindicales, lo natural y deseable es la participación y fortalecimiento del sindicato que defiende nuestros derechos. Solo la lucha organizada de los trabajadores podrá resistir la embestida laboral que enfrentamos y el sindicato es el marco ideal para lograrlo.

En la coyuntura actual que se nos presenta de elegir nuevo Comité Ejecutivo para dirigir nuestra organización, es de esperarse que se presenten intentos de dividir aún más las filas sindicales, presentando proyectos y propuestas de elección que intenten confundir al electorado sindical. Los maestros universitarios debemos entre proyectos de trabajo y personas que los presentan.
Aquí es importante que no sólo analicemos los planes de trabajo, sino que también veamos las personalidades que están detrás de los mismos, utilizando en todo momento la memoria sindical que nos permite ubicar la trayectoria seguida por quienes se proponen para dirigir nuestra organización.
El acto de votar es una conducta individual, bien sabemos que toda conducta individual recibe la influencia de diferentes instancias. El momento histórico que estamos viviendo en el STAUS, exige que cada maestro universitario reflexione bien su voto y evite ser influenciado por otras personas para emitir el mismo a favor de una tendencia u otra.
El reto que tenemos enfrente es que evitemos que se repita el fenómeno "Rountree", no debemos permitir que demos el poder a un grupo de compañeros, para que estos finalmente entreguen ese poder a una sola persona.





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