lunes, mayo 12

Nueva ofensiva contra el derecho a huelga en las Universidades

Jorge Rountree Cons

Los argumentos de la ofensiva contra la huelga en las Universidades que ha difundido el Diputado Federal Damián Zepeda, por amor a la UNISON en la cual ¿estudio derecho?, y aunque confiesa que nunca le tocó una huelga universitaria lo hace por su preocupación del sufrimiento de los estudiantes y sus padres que los sostienen:

Las Universidades frente a sus trabajadores tienen el carácter de patrones en sentido jurídico, pero no son patrones en sentido ordinario, es decir, no son propietarios de empresa cuyo fin es obtener utilidades económicas. Supongo que se refiere a las universidades públicas.

Las huelgas en las universidades dañan los intereses de la sociedad y nacionales; en una institución sostenida por el pueblo; toda conducta que obstaculice o impida la preparación la superación de la juventud debe ser considerada antisocial. Al menos eso supongo que quiere significar cuando dice que atenta contra los estudiantes y las familias.

Respecto del derecho de huelga se la ley laboral contempla dos condiciones: exige que el aviso se dé por lo menos con diez días de anticipación, en vez de los seis días previstos en el régimen general de huelgas; y establece que antes de suspender los trabajos se fije el número de trabajadores que seguirán laborando para no causar daños irreparables a los proyectos en marcha.

Su desordenada propuesta parece pretender que deben introducirse al derecho de huelga algunas modalidades que impidan la paralización de la vida universitaria cuando estalla un movimiento de esta naturaleza: 1. Que las huelgas se limiten a la suspensión de labores del sindicato emplazante. 2. Que la acuerden al menos dos terceras partes de sindicalizados, que esté presente un fedatario para que la votación sea secreta y supervisada la membresía votante. 3. Declarada existente la huelga, la universidad podrá someter el conflicto al arbitraje obligatorio de los tribunales del trabajo. 4. Que estallada la huelga se incluya como trabajo de emergencia la docencia.

Estas propuestas no son nuevas, es novato el vocero; ya fueron presentadas en 1996 por la Universidad Autónoma de Baja California, y fueron argumentadas también en el amparo que interpusieron en 2013 aproximadamente doce estudiantes de la Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo, y que el juzgado del cuarto distrito les concedió suspensión provisional, refrendándoles el derecho de recibir clases, ante la huelga de los trabajadores administrativos agrupados en el SUEUM.

En el primer caso el grueso de sindicatos universitarios cuyos dirigentes son miembros del PRI se opusieron. En el segundo caso se ocasionaron incidentes violentos y muy cuestionado el mandato jurídico no se consumó.

Está por verse como reciben los Diputados Federales del PRI la iniciativa del PAN-Zepeda. Está por verse la posición de los dirigentes de los sindicatos universitarios que son miembros del PRI. No tengo duda que los sindicatos independientes se movilizarán para rechazarla.

La aventurada propuesta del PAN-Diputado Damián Zepeda tiene forma de acto de campaña anticipada por un puesto político mayor. Me parece que es un error de cálculo electoral que no le llevará a posicionarse no como el nuevo paladín de los estudiantes universitarios, sus familias y el pueblo, sino como un promotor de la barbarie jurídica y social.

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