Universidades públicas consienten a Lujambio
Publicado en Milenio
En pleno año de crisis económica, recortes y despidos, rectores de distintas universidades públicas del país cubrieron de regalos costosos, como botellas de champaña y relojes de diseñador, a Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública federal.
Lujambio recibió en el pasado periodo navideño cerca de 100 regalos de distintos funcionarios educativos, que le enviaron a la Ciudad de México obsequios por varios miles de pesos, contraviniendo no sólo los mandatos de austeridad, sino la Ley de Responsabilidades de los Servido-
res Públicos.
Esta ley establece como obligación a todo empleado estatal abstenerse de recibir donaciones, regalos u obsequios. Cualquier violación, al aceptar los regalos, será equiparable con el cohecho, que es un delito grave.
Documentos de la Secretaría de la Función Pública, obtenidos por MILENIO, revelan que media docena de universidades estatales invirtieron recursos en “atenciones” dirigidas al titular de la Educación en el país, quien debió entregarlas al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) para ser subastadas.
Éstos son los regalos enviados por universidades estatales a Lujambio la pasada Navidad, según consta en el listado oficial de obsequios de la Función Pública: “camisa Fabrizio de lujo”, regalo del rector de la Universidad Autónoma del Carmen en Campeche, Sergio Augusto López; y “un reloj de pulsera marca Hermes, correa color café oscuro de cocodrilo hecho en París”, cortesía de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y su rectora, Candita Victoria Gil.
De la rectora de la Universidad Autónoma de Campeche, Adriana Ortiz Lanz, se entregó al titular de la SEP una “botella de vino tinto Marqués de Riscal”. También “una botella de vino Monteviña y una botella de whisky Buchanan’s”, obsequio del rector de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Jorge Galo Medina; así como “dos corbatas Hugo Boss, dos botellas de champaña Moët & Chandon y frascos varios de comidas finas”, a cargo del rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Luis Gil Borja.
La fiesta de regalos incluye, además, “juego de bolígrafos y plumas de lujo Mont Blanc” y “botella de champaña Dom Perignon Rosé”, pagadas por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y su rector, Enrique Agüera Ibáñez.
La Universidad de Sonora y su director, Heriberto Monteverde Grijalva, contribuyeron con cuatro botellas de vino tinto Aster, Viña Alberdi, Barón de Oña y Viña Ardanza, un tempranillo procedente de la Rioja ganador de varios premios en Europa.
Y hay más regalos sonorenses. En lo que se puede adivinar fue una canasta, Montervede Grijalva incluyó un kilo de cortes finos, dos frascos de alimentos, una “figura decorativa” de madera y un frasco de café Oro Maya.
De la Universidad Autónoma de Baja California (a cuenta del rector Gabriel Valenzuela Estrella) corrió un abrigo de la tienda Brooks Brothers —que apenas abrió su primera sucursal en México— tasado en mil 500 pesos.
Acorde a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, ningún funcionario puede recibir regalos cuyo costo supere los 10 salarios mínimos vigentes en el Distrito Federal (alrededor de 500 pesos). Tampoco puede aceptar obsequios cuando representa un conflicto de interés.
Entre el 20 de diciembre y el 10 de enero pasados, Lujambio envió los regalos recibidos a la bóveda blindada de la Función Pública. Serán subastados en los próximos días.
Cabe recordar que el presupuesto de las universidades estatales del país fue recortado el año pasado en 800 millones de pesos debido a la fuerte contracción de la economía mexicana, que en su peor crisis en 30 años cayó entre 6 y 7 puntos porcentuales.
Lluvia de detallitos
La lluvia de detalles a Lujambio no paró con las universidades estatales. El gobernador de Querétaro, José Calzada, por ejemplo, envió a las oficinas de la SEP un “alhajero de piel café”, mientras que el gobernador chiapaneco, Juan Sabines, más acomedido, le hizo llegar una bolsa con 150 gramos de café y tres frascos de alimentos finos.
Aun cuando pertenece a un partido que desconoce al gobierno federal, y que ha criticado el gasto excesivo de la burocracia, el senador y líder del Partido del Trabajo, Alberto Anaya, se despachó con “una botella de champaña Moët & Chandon”, una “botella de Don Julio reposado”, “dos botellas de vino tinto Don Simón” y “una botella de Chivas Regal”.
Anaya también fue generoso con el subsecretario Miguel Székely, a quien regaló tres botellas: una de Don Julio, otra de vino blanco Schon y una más de Chivas Regal.
Aunque también se recortó el presupuesto a las secretarías de Educación estatales, éstas no se abstuvieron de buscar atender a Lujambio, como en el caso de la secretaria de Educación de Zacatecas, Lucero Lomelí Medina, quien le regaló una corbata Scappino, mientras que su homólogo de Baja California, José Vega Marín Ortega, le mandó “un estuche con bebida alcohólica Passion”.
Del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y su lideresa, Elba Esther Gordillo, Lujambio recibió, y regresó, “una botella de tequila Tres Generaciones” y “una botella de whisky Buchanan’s”.
Víctor Hugo Michel
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