PROMESAS CUMPLIDAS
Por haberme involucrado (aún de manera mucho
más tardía que la mayoría de los colegas de mi generación) en la vida sindical
con fe y esperanza, y por consecuencia por haber vivido los últimos conflictos
de cerca, hoy estoy preocupada por lo que está pasando con MI sindicato.
Siempre
creí que la traición se vivía solamente en un círculo íntimo de pareja o de
amigos y que se trataba de candidez personal perdida, o de ingenuidad pisoteada.
Pero ahora me doy cuenta que la traición es también un fenómeno colectivo. Se
puede traicionar a un equipo de trabajo, se pueden traicionar unos ideales
colectivos, se puede mentir desvergonzadamente y seguir justificando que todo
se vale para seguir viviendo la pasión egocéntrica del poder. Una de las
preocupaciones más grandes ahora es cuando veo un listado de promesas
electorales invadir la planilla platina y que recuerdo varias sesiones de Consejo
General de Delegados donde se trataba de reencarrilar al Secretario General en
resolver los pendientes abandonados por él y que él respondía:
“¡No es
porque se promete algo que se vaya a cumplir!”
Me acuerdo que esa frase me hacía hervir la
sangre. Se protestaba, se exigía, se pedía la palabra para expresar el buen
fundamento de las peticiones, pero en una pirueta, entre dos frases humillantes
para callar a los que las habían expresado y unos votos-combos de medidas
confusas y apuradas, siempre aprobadas por los delegados poco deseosos de
enfrentarse al Secretario General, se había acabado con la promesa de solución.
Eran promesas electorales de los dorados y él que había aceptado llevarlas a
cabo, ahora daba pasos atrás, con ese cinismo de político corriente que cree
que las promesas son para olvidarlas al momento de haber sido elegido por unos
pobres ignorantes ingenuos (para no usar una palabra más fuerte).
Por eso me preocupa ahora: ¿qué va a pasar con
todas esas promesas, muy bonitas, pero serán ciertas?, ¿son adornos de campaña?,
¿son ganchos publicitarios para atraer a los tontos como la luz atrae a las
mariposas? Cuando los dorados prometieron estabilidad laboral, se lograron
plazas, programa de regularización, hora gabinetes. Cuando los dorados
prometieron mejor programa de salud para los maestros, se logró un módulo más
amplio con atención dental, farmacia, laboratorio, medicina preventiva etc… (Ver
Boletin N°15) Los maestros saben que se cumplió y eso fue logrado a base de
compromiso, de mucho trabajo y de dedicación a las causas de TODOS. Hace dos años, en la última
elección para nuevo Comité Ejecutivo, no
fue Rountree quién ganó, fue la Dorada por sus logros y la confianza que
los maestros llegaron a tenerle. En dos años, todo lo construido juntos, se
volvió un botín individual.
Pero afortunadamente, la Dorada sigue con sus principios. Promete democracia y lo cumple:
su líder fue elegido democráticamente por TODOS los miembros del STAUS que
quisieron participar, sin excepción. (No fue auto dedazo). Promete transparencia
y lo cumple: La campaña está financiada por fondos de los propios de la
planilla, y los recursos aprobados por la Comisión Electoral. Promete calidad
académica y sindical. Lo cumple: El Dr.Jiménez es un académico distinguido que
no llegó a ser quien es con traiciones y golpes bajos, sino con trabajo y
convicción. Tiene una valiosa trayectoria sindical también, fue fundador del
primer sindicato en la industria nuclear, el SUTIN. Los principios de la Dorada
siguen intachables y sus promesas no son sonajas huecas agitadas para atarantar
a los ingenuos. ¡PORQUE SE PROMETIÓ, SÍ
SE VA A CUMPLIR!
Clotilde Barbier
Profesora de Tiempo Completo
de Lenguas Extranjeras
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