La universidad de sonora tiene un fuerte compromiso social
A escasos 5 meses de su administración al frente de la Universidad de Sonora, el Dr. Heriberto Grijalva Monteverde, hombre de fácil palabra, nos comparte sus experiencias como rector y afirma contundente-mente que la máxima casa de estudios que hoy le toca dirigir, se ha ganado la confianza a pulso de todos los sonorenses y, aunque tuvo su época de turbulencias, logró salir adelante, adquirió madurez y eso les permitió ser más críticos y responsables para avanzar en la transformación de la universidad, sin perder de vista que su responsabilidad y reto principal es la formación integral de los jóvenes, lo que implica una formación cívica y de valores, no sólo académica.
¿Cómo le ha ido rector?
Siento que aunque es otra etapa diferente, es también una continuidad del trabajo que inicié como vicerrector. Hemos hecho muchos cambios que esperamos sean para bien. Le apostamos a nuevos perfiles, porque cuando estamos mucho tiempo en un lugar podemos no visualizar ciertas cosas que ya cambiaron y que nosotros las seguimos viendo igual. Hay que romper con ciertos paradigmas. Pero también tiene que haber una mezcla de experiencia, no todo es un borrón y cuenta nueva, porque hemos avanzado mucho institucionalmente.
La gran obra del ex rector Pedro Ortega tuvo que ver con el crecimiento académico, la acreditación de los programas y la calidad de los mismos. Fui partícipe de ello, y lo retomé.
Soy un convencido de que la grandeza de una universidad no se mide por sus laboratorios, edificios o aulas, se mide por la calidad de sus egresados. Lo que más recuerdan de uno es qué hiciste como rector en lo académico. Por supuesto, hay una relación entre tener ambientes adecuados de aprendizaje, pero no es lo primordial.
Entra usted a la rectoría y hay cambios de administración estatal y municipal, no sólo de personas, si no de color.
¿Cómo le ha ido con ellos?
Siempre que hay cambios hay incertidumbre. En los últimos años, la universidad ha tenido buenas relaciones con los gobiernos de todos los niveles. Ha sido siempre un trato respetuoso; la universidad está bien posicionada y se le apoya.
El rector tiene que tener un trato directo con el mandatario estatal. El actual gobernador, Guillermo Padrés Elías, me invitó a su oficina. Ofrecimos trabajar en conjunto. Nosotros somos la Universidad de Sonora, que le pertenece a todos los sonorenses, no sólo a los universitarios, y el gobernador es el representante de la sociedad. Y en eso estuvo de acuerdo.
He tenido un trato excelente por parte del gobierno de estado, no sólo del señor gobernador sino también de todos los funcionarios con los que me he entrevistado. Cuando hemos requerido alguna aclaración, sobre todo ahora con lo del presupuesto, hemos sido recibidos inmediatamente. Pero no buscamos una relación de sólo ir y pedir; si no de ver también qué podemos hacer en conjunto, para cumplir con ese compromiso que tiene la universidad con la sociedad.
Tenemos casi 30 mil jóvenes, 23 mil estudiantes de licenciatura que tienen que hacer el servicio social y las prácticas profesionales y que pueden apoyar a grupos marginados e incidir en la producción, queremos orientarlos para ayudar a mejorar el estado.
Siento que hubo buena química y entendimiento con el gobernador. Esto es esperanzador, de principio, para forjar relaciones de respeto, sin olvidar que tenemos cada quien nuestros marcos y facultades. La universidad es autónoma, pero no entiendo la autonomía como extraterritorialidad, si no como un espacio en el que debemos ser libres en nuestras investigaciones y quehaceres.
Pienso que vamos a tener excelentes relaciones institucionales con el gobierno, al menos en los 4 años que a mí me corresponden. Lo mismo con los municipios no sólo de Hermosillo, sino también con Navojoa, Caborca y Nogales, donde tenemos unidades regionales; aquí no importan los colores.
Y será así en la medida que vayamos hacia los intereses comunes; desde diferentes ópticas, ámbitos y responsabilidades pero, al final de cuentas, el interés de un gobierno es que sus jóvenes estén bien preparados, sean solidarios y con valores. La ideología ya no es sólo blanco y negro, hay una gran cantidad de grises, si se quiere ver en blanco y negro; o una gran cantidad de colores, si se quiere ver en technicolor.
¿Hicieron planes en conjunto?
Hablamos en general; entre ellos, la posibilidad de un hospital universitario. Cuando iniciamos la carrera de medicina no teníamos condiciones económicas para arrancar con un hospital y decidimos aprovechar la infraestructura que nos ofrecía el sector salud. Fue lo correcto para esa etapa.
El estado se merece un hospital donde haya investigación en salud. Las prácticas profesionales de los muchachos se pueden seguir haciendo en los hospitales con que cuenta el sector salud. El distintivo de un hospital universitario sería tener investigación en salud en forma organizada, con la calidad y alcances que puede lograr la Universidad de Sonora. Sería un «plus» para medicina, para estudiar lo específico de nuestra región, cómo influye la alimentación, hábitos y clima en el desarrollo de las enfermedades.
Tenemos el primer lugar en enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. La universidad tiene que estudiar más a fondo esa parte de la medicina social. Tenemos ya avances significativos en proyectos de investigación sobre inmunología y cáncer, que realizamos junto con otras instituciones de Estados Unidos, la Universidad de Guadalajara y el IMSS y ahora queremos que la Secretaría de Salud del gobierno del estado participe en estos convenios; eso sería lo que daría el plus a este hospital.
Así se lo dijimos al gobernador y le pareció bien. Además, ellos tendrían que analizar lo de la gestión de recursos económicos, y tendríamos que ver qué parte del personal y facultades nos corresponden a nosotros. Tenemos que analizar experiencias de otros hospitales universitarios para ver sus errores y cómo la hicieron para resolverlos. Pero, indiscutiblemente es un tema importante, de interés para la universidad, para el gobierno y la sociedad sonorense.
Se pensaba que el Hospital General del Estado era de la Unison, porque ha sido el receptor natural de las muchachas de enfermería y química. ¿Cómo funcionaría éste?
Este nuevo hospital sería también del sector salud, pero cumpliría con un compromiso social que compartiría con la universidad. No tenemos todavía la fórmula, pero parte importante de su administración y su rumbo sería marcado por la universidad.
Pensar en salud en el estado no puede conceptualizarse independientemente de la Universidad de Sonora; históricamente, la mayor parte de las enfermeras en el sector salud son egresadas de la Unison y ahora que ya tenemos la carrera de medicina, buena parte del desarrollo del sector médico va a darse con egresados de la universidad.
Pero no va a ser un hospital para que se encierren los universitarios en él, sería un error; debe ser un hospital que trabaje en conjunto con otras instituciones del sector salud y que pueda permear al exterior; debe ser un lugar donde esté sistematizada la investigación y un espacio donde podamos hacer la diferencia con respecto al tema de salud a nivel nacional.
Pues en 5 meses ha hecho mucho…
Hay que darle continuidad al trabajo que realizan de siempre los universitarios, sobre todo los trabajos exitosos. No hacerlo así es falta de respeto; sería tanto como decir que lo que hace la universidad es producto de lo que hace su rector en cada periodo y no hay nada más falso que esto.
Lo que se hace bien es producto del trabajo de los universitarios y uno se alinea o alinea ese trabajo a las políticas federales. Tiene que haber un rector para dirigir a la institución y empatar sus proyectos con las políticas federales que le genere recursos.
Los universitarios siempre están trabajando con proyectos de calidad pero hay que orientarlos para que cumplan con las políticas educativas federales, estatales y de la universidad misma, en lo que decidan los órganos colegiados. Un rector que pueda hacer esto ayuda mucho, y al revés, un rector que no haga esto, puede desacelerar el avance de la universidad.
Así que la responsabilidad de un rector es, primero, no entorpecer el trabajo de los universitarios y segundo, darle ese encauzamiento que debe realizarse para que en lugar de avanzar 20% avancemos todos juntos un 40%.
Y ¿qué falta para este año?
Tenemos algunos proyectos generales de órganos colegiados. Estamos en la parte que requiere más atención de la rectoría, aunque no necesariamente de los universitarios, que es la parte de gestión del presupuesto. La propuesta federal quitó fondos extraordinarios en gran cantidad, lo que será un duro golpe a la educación superior en todo el país, porque nuestros presupuestos normales, los ordinarios irreductibles, el presupuesto base que nos entrega el estado a propuesta del ejecutivo, pero aprobado por los Congresos, ese se nos va en nómina y otra parte en luz y medio mantener las instalaciones, porque ni para eso alcanza bien.
Todo el crecimiento que se ve en la universidad ha sido el producto de fondos federales concursables extraordinarios, como los del PIFI en los que nos han dado cada año más recursos. Este año tendremos 72 millones para ejercer en el 2010, esa parte está salvada en ese sentido. Somos la universidad más exitosa en cuanto a los PIFI’s; hay otras dos universidades que reciben más dinero, pero nosotros tenemos 23 mil estudiantes y ellos 100 mil, así que por número de estudiantes somos de las que más reciben.
Esperamos que el presupuesto asignado a la institución por parte del gobierno federal y el estado, sea sensible a nuestras necesidades. Nosotros hemos hecho las cosas para mejorar y hacerlo con transparencia. Pero todavía estamos a la expectativa y esperanzados de que sea un presupuesto justo.
¿Necesita Sonora la apertura de más instituciones de nivel superior?
Tenemos que analizarlo a profundidad porque viene un aumento en la demanda de educación superior en el estado y el país. No sé si con nuevas instituciones o aumentando los espacios en las que ya hay. Sería muy fácil decir que se debe dar más apoyo a las que están ahorita, pero sería irresponsable de mi parte, porque los expertos en educación afirman que si no estás preparado y organizado para un crecimiento, cuando aumentas la matrícula rompes ciertos equilibrios de masificación y se hace ineficiente la institución, dependiendo como sea su organización. Nuestra institución como está funciona para este tamaño, pero quién sabe si lo haría para 100 mil estudiantes. Tiene que haber una buena coordinación en educación, por eso debemos sentarnos con el gobierno del estado y ver qué es lo que más conviene.
Por nuestra parte estamos preparados para presentar a las instancias correspondientes, un proyecto de ampliación de la oferta educativa en Cajeme, aunque dependería de la unidad regional sur, y que contemplaría la apertura de carreras afines al sector salud como Medicina, Enfermería, Cultura física, Nutrición y Químico Biólogo Clínico, en las cuales tenemos experiencia y gran calidad de recursos humanos.
Y de la amena plática sostenida, nos queramos con la percepción de que el Dr. Grijalva asume su papel de rector con orgullo y confianza porque se considera un gestor universitario, una persona a la que le gusta mediar en los conflictos, pero que también es muy firme en sus convicciones.
Un rector que asume el compromiso de anteponer los intereses de la Universidad por encima de todo.
Un rector que afirma que para hacer algo debe estar convencido de ello. «No digo mentiras en entrevistas ni con los medios -afirma- la mentira sale porque te contradices o se descubre».
Un rector de amplia trayectoria académica que ha procurado cuidar los equilibrios y que llegó para hacer las cosas que le han planteado los universitario al considerarlo capaz de encabezar un esfuerzo colectivo en el Alma Mater sonorense.
El tiempo dirá....
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