Autoridades universitarias ausentes, el problema de fondo en la Huelga de la Unison
Por Demian Duarte
Es inexplicable la falta de capacidad en términos de operación y concertación política que tiene la autoridad universitaria encabezada por Heriberto Grijalva Monteverde, para evitar que los problemas internos en la Universidad de Sonora sigan reflejándose en huelgas constante en el Alma Mater.
Simplemente no es concebible que el rector tenga las manos atadas, que no pueda negociar, que sea despreciado como interlocutor válido por la contraparte sindical, simplemente porque sus propuestas, su manera de llevar las cosas, son consideradas poco serias.
Que la Universidad de Sonora no dispone de suficiente dinero para atender todos los asuntos que tiene encima la institución como es el desarrollo de infraestructura, atención a programas académicos, atención a su planta de maestros y de empleados es un tema ya muy conocido.
De hecho se trata no de un problema particular de nuestra Universidad sino de todo el sistema de educación pública en el país, ya que los gobiernos primero del priismo tecnócrata (De la Madrid, Salinas, Zedillo) y después los emanados del panismo, tienen como programa el desmantelamiento paulatino de la educación universitaria pública y gratuita.
Luego entonces la medida de recortar los recursos para las universidades no es algo que sea responsabilidad del gobierno de Sonora, es una medida preconcebida desde las altas esferas del gobierno federal para ir paulatinamente recortando los recursos destinos para educación, investigación, docencia y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de una institución de educación superior pública, con la importancia y el peso especifico que tiene la Universidad de Sonora.
Eso lo se yo, lo sabe usted, lo saben los sindicatos de académicos y de trabajadores y empleados de la Unison, y está precisamente en el fondo de ese debate en torno al acceso universal a la educación en México.
Ahora el problema es que el rector Grijalva Monteverde actúa como si no lo supiera.
No asume en los hechos el liderazgo que le corresponde como cabeza de una institución con 36 mil estudiantes, miles de académicos y trabajadores, que se asume precisamente como el líder que se ocupa para llevar a nuestra Alma Mater a nuevos niveles de desarrollo.
Pero para nada, las actuales autoridades universitarias se limitan por desgracia a administrar la burocracia de la institución, a no innovar, a no emprender nuevos proyectos, por supuesto que mucho menos a ponerse al frente de un gran movimiento social que ponga a la Universidad de Sonora como una de las prioridades en términos de gasto público en Sonora, precisamente porque se trata de la conciencia de nuestra comunidad, de la posibilidad de un mejor futuro, del lugar donde el conocimiento y la capacidad de transformar a Sonora se conjuntan.
Nada de eso tenemos y por desgracia ya se está haciendo costumbre que al frente de la institución más importante del estado, estén personajes grises, sin esa capacidad de liderazgo, que se ocupa para motivar los cambios.
Yo no tengo nada en contra del actual rector, vamos hasta simpático me parece, pero no concibo que año tras año la Universidad de vaya a la huelga precisamente por la inoperancia en la relación entre autoridad universitaria y sindicatos.
Y créame, en esta historia quienes tienen menos la culpa de todo son los sindicatos de académicos o de empleados, ellos cumplen con su función de ser fiel de la balanza, de buscar mejoras en la situación laboral de sus agremiados, sería ocioso señalar a Dorotea Rascón o a Sergio Barraza, por emplazar a la institución, cuando los trabajadores sindicalizados así lo reclaman.
Pero creo que esta historia debería de revertirse y en lugar de paros laborales constantes, lo que se ocupa son autoridades universitarias proactivas, que busquen el bien de la institución y sus activos (dónde se incluyen por supuesto los maestros, los trabajadores y los alumnos) y no simplemente estar cuidando la jugosa chuleta que les toca por estar al frente de la institución, luego de que una junta de “notables”, los seleccionase para encabezar la rectoría en medio de un cuestionables proceso de escrutinio, en el que a quién menos le preguntan su opinión es precisamente a los universitarios.
Correspondencia a demiandu@yahoo.com
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