Elecciones en el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora
Arnulfo Castellanos Moreno
Presentación:
El Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) se enfrenta a un presunto cambio de dirección. El proceso de Elección de Comité Ejecutivo y Comisiones Estatutarias para el período 2011-2013 va a llevarse a cabo el día 28 de septiembre de 2011. En consecuencia, al día siguiente, jueves 29, sabremos cuáles son los resultados del proceso de elección.
Son tres las planillas interesadas, pero es difícil saber qué ideas generan los cerebros de sus integrantes.
¿Cuáles son las motivaciones personales?
Como si fuera humedad en el techo de una casa mal impermeabilizada, el régimen mexicano se ha ido introduciendo en las costumbres de los profesores de la Universidad de Sonora. Como ya es costumbre, los profesores muestran un permanente deseo “de ser” algo distinto a lo que son: maestros universitarios.
Esta manera de ver la vida amerita estudios psicológicos y/o psiquiátricos. A muchos los inunda una extraña y permanente sensación de ocupar puestos de dirección, aunque sean más aparentes que reales. Sería interesante saber por qué quieren ser burócratas sindicales tantos profesores que han llegado a ser en la vida algo que debería llenarlos de orgullo y de contento. En lugar de estar satisfechos por eso, y por realizar bien su trabajo, quieren ser otra cosa que consideran más relevante y de más alto nivel.
Ser profesores es insuficiente para tantos. ¿Entonces por qué están en una universidad?Los profesores precaristas producidos por la crisis.
Hay otro fenómeno distinto. Ante la gravedad de la crisis económica, y del desinterés de los gobiernos priístas y panistas en la educación, así como en una política de desarrollo distinta a los dogmas del neoliberalismo, la Universidad de Sonora se ha llenado de una cantidad creciente de profesores de asignatura que son verdaderos precaristas.
El problema se inició desde el momento en que la omnipotencia de las distintas rectorías empezaron a designar a los amigos y a los hombres mansos en la direcciones de división, en las jefaturas de departamento y en las coordinaciones de programa.
Acomodando a aquellos que nunca han sido nada para que lo represente todo, crearon un problema de conducta interna en quienes de pronto llegaron a ser integrantes de la dirección de la Universidad. Lo cual no los habilita para desempeñarse como integrantes de una conducción universitaria.
Sabiendo que no estaban en sus puestos por alguna clase de liderazgo académico, sino por sus amistades, o su mansedumbre, un sentimiento de desamparo y de inferioridad llevó a multitud de jefes y directores de división a buscar la forma de sentirse acompañados por alguien, o de preferencia, por algunos. Así el número de individuos que le debían algo los hacía sentirse indispensables para alguien.
El camino siempre ha sido acomodar a los amigos, aún cuando no tuvieran derechos sindicales. Aún cuando violaran el Contrato Colectivo.
Eso no ocurrió únicamente con los profesores de asignatura, sucedió también en el tráfico de plazas de tiempo completo y en las repatriaciones y retenciones respaldadas por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
Así, ocupar una posición en la toma de decisiones, allí donde se sabe qué se negocia, cuándo, y con quién, resultó muy importante.
El Contrato Colectivo de Trabajo ha venido a ser el instrumento que da esa seguridad en el empleo que antes no estaba, y sigue sin estar, en el Estatuto de Personal Académico.
Estamos en tal enredo y conflictos de interés, que son continuas las violaciones a la Ley Orgánica que da estructura a la Universidad de Sonora y a la Ley Federal del Trabajo. Ya no se sabe qué cosa hizo quién, pero habrá tiempo de explicar cómo se omitieron concursos por oposición para que hicieran huesos viejos los amigos y los familiares en plazas de tiempo completo que la Universidad tenía la obligación de convocar a concurso por oposición.
En ese medio, el conjunto de profesores precaristas necesitan defenderse. Están obligados a buscar un sitio para ellos. Si no tienen familiares ni amigos directos en la administración central, se tienen que mover dentro del STAUS.
En esas condiciones, no se puede esperar mucho de los discursos de campaña. Creo que aparecerán los mismos dichos y lugares comunes de siempre. Las famosas propuestas.
Qué proponen, pero por encima de todo, qué han hecho. Pero México está lleno de propuestas. En este país se puede ser democrático en campaña y represor en el gobierno. Suponerse de izquierda y meter a la esposa, la ex esposa, y la amante, en la nómina oficial. En México se puede hacer todo en forma impune.
Entonces en las campañas del STAUS hay dos cosas importantes:
1)Qué proponen. 2) Qué han hecho. En el primero de los puntos tengo una pregunta:
¿Tienen ideas novedosas acerca de los programas para el retiro?
¿Algo que no sea lo mismo que ya vimos y que desgasta, y se desgasta, en los movimientos de huelga?
En el segundo punto hay algo importante. Yo quisiera ver historias de participación académica y sindical.
La secretaría imperial y burocrática.
En el qué han hecho lo que vemos es muy importante. No sé desde cuando, pero lo que tenemos es un grupo cada vez más grande de burócratas sindicales con cartera que significa una plaza de tiempo completo. Pero eso no es lo más delicado. El problema es que no hacen su trabajo.
Los integrantes de los comités ejecutivos son como los funcionarios de gobierno. Los tienes que ir a buscar porque jamás salen de su edificio refrigerado, donde se la pasan tomando café gratis haciendo algo que en la base no sabemos qué es.
La situación apunta hacia el agravamiento. Ahora parece que tendremos un nuevo local sindical. ¿Realmente hacía falta eso?
Yo propuse, y argumenté, a favor de que el STAUS creara una preparatoria con un enfoque académico progresista. ¿Y qué pasó? ¡Nada! No tenemos, y no tendremos, un bachillerato alternativo. En cambio, habrá nuevo edificio.
Un edificio cuya construcción se asignó a cierta empresa constructora, por cierto. No hubo licitación abierta, fíjense bien en lo que eso significa. Y por mucho que me cuenten que era mejor así, y que el Consejo de Delegados lo aprobó. Yo no me trago el cuento.
Volviendo a la eficiencia de las secretarías, los problemas crecen, pero todo se lo dejan a los delegados. El dilema es que ya son tantos secretarías, que van camino de igualar a la cantidad de delegados, pero la verdad, uno no sabe lo que hacen.
Es grave tener que esperar sentado para ser atendido por un secretario general. Es absurdo que la secretaria le conteste a uno que el señor está ocupado.
Como he dicho varias veces, se conducen como los funcionarios de gobierno.
Es delicado que conversen contigo y te digan que están de acuerdo en tus planteamientos, pero luego no hagan nada para demostrarlo en los hechos. Se comportan como el dicho mundialmente conocido que relato enseguida:
Cuando tu le planteas algo a un político y te dice que sí, en realidad significa tal vez; pero si te contesta tal vez, debes entender que está diciendo que no; pero cuando te dice que no, entonces no estás hablando con un político.
En esas condiciones ¿se pueden creer las propuestas que se hacen?
Veo a un comité ejecutivo casi imperial. Que preside las asambleas generales, las sesiones de consejo general de delegado y lleva siempre la voz cantante. La única voz que se oye es la del comité y la de algunos cuantos compañeros entusiastas que, desafortunadamente, dicen siempre lo mismo.
El secretario general se ha apropiado de la asamblea general, pero el sentido de un sindicato democrático no es que el dirigente principal se ponga como rector en el colegio académico a dar la palabra y a dictar la agenda y también los tiempos.
En ninguna parte de los estatutos (ahora estatuto) del STAUS se dice que esa es una facultad del secretario general. Todo lo contrario, el estatuto siempre ha establecido que lo procedente es nombrar un presidente de debates.
Siendo así, ¿por qué el secretario general, más varias secretarías, se ponen a presidir las asambleas generales?
Es una forma de acercarse al charrismo sindical. A las mañas introducidas por los abogados en las legislaciones para que quien preside una sesión sea quien le da su reconocimiento, de modo tal que, si Él no está, entonces la sesión no vale. La mayúscula es intencional.
La naturaleza de la asamblea general no se la debe dar el secretario general, ni el comité ejecutivo tampoco. La esencia de la asamblea general está en sus agremiados. Por eso el nombramiento del presidente de debates es fundamental.
El STAUS se va alejando de ser un sindicato democrático. No se alcanza la democracia solamente porque hay votaciones. Eso es un truco que conocemos muy bien. Es la gran farsa de la democracia representativa.
Ya hay voces que hablan como en un sindicato charro, que defienden posturas charras, que promueven camaradas y sostienen como buenas las posiciones de la autoridad. Especialmente cuando creen que nadie los ve.
Pero sepan que nos damos cuenta, aunque sea de vez en cuando, pero con un solo botón de muestra es suficiente.
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