Reclama STAUS ingreso del ejército a la Universidad
(29 de febrero) En el marco de la instalación de la mesa de negociaciones de la Revisión Salarial 2012, el Secretario General del STAUS, Jorge Rountree Cons, hizo un paréntesis para reprobar el paso de un convoy del ejército al campus universitario, el martes 28 de febrero: “Nos parece que el rector debiera manifestar su inconformidad pues estas injerencias del ejército violan la autonomía universitaria” en el mismo tono comentó que no es la primera vez que esto sucede, al mencionar un incidente similar en en el Campus Nogales el año pasado.
El paseo del vehículo militar con soldados armados por el alma mater, uno de ellos apuntado con su fusil en posición de alerta, se cruzó con la marcha de la Delegación de Lenguas Extranjeras que exigía a la administración de Heriberto Grijalva respeto a la cláusula 96 de maternidad y lactancia.
Contra lo que se pudiera pensar ningún universitario alcanzó a reclamar algo a los soldados, quienes incluso saludaron con la mano a las cámaras de Staus en línea y de fotógrafos de los medios de comunicación que cubrían la nota en rectoría.
En redes sociales, medios electrónicos e impresos, el suceso fue comentado sin dejar de recordar, como lo hizo el expreso, porqué la figura de un militar en la Universidad de Sonora es una afrenta que provoca muchísimo malestar y que pudiera desatar incluso, algún indicio de violencia.
El incidente tiene lugar en una época donde las fuerzas castrenses han perdido la buena imagen que trataron de recuperar en décadas, después de asesinar en 1968 a decenas de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco en la Ciudad de México
La respuesta del Rector, Heriberto Grijalva Monteverde se ciñó a la intención de minimizar el suceso, al indicar que los soldados sólo entraron al campus con la intención de entregar un reconocimiento a un grupo de danza que había participado en el cuartel militar en días pasados.
En muchos académicos el recuerdo de la famosa ola verde, represora del movimiento estudiantil de 1967 está vivo, y la figura de rectores como los tristemente célebres Alfonso Castellanos y Marco Antonio Valencia Arvizu son referentes obligados cuando se trata de nombrar las peores épocas en la Universidad de Sonora.
Fuente: STAUS.
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