Plan de Desarrollo Sustentable en la UNISON, oda a la simulación
José L. Villanueva
El Plan de Desarrollo Sustentable (PDS) de la Universidad de Sonora (UNISON), no dejará de sorprender a más de uno. Un toque de simulación más en la actuación de la administración universitaria comandada por el rector de facto Enrique Fernando Velázquez Contreras, y el rector oficial Heriberto Grijalva Monteverde. El rector que solapó la "H" Junta Universitaria para que tomara el cargo sin tener un Plan de Desarrollo Institucional definido, ahora anuncia que encabeza una administración con visión de planeación a 25 años, cuando es sabido que en la UNISON no se resuelven ni los problemas más inmediatos: la gran inseguridad que se vive al interior del campus y que lejos de reducirse se ha ido incrementando, la creciente burocracia universitaria a costa del deterioro de la vida académica, las tremendas deficiencias en las instalaciones, que con frecuencia no cumplen con las normas mínimas de seguridad, y que ya cobraron una víctima mortal inocente en Navojoa, y un largo etcétera que dejan en evidencia la ineptitud de la administración Grijalva-Velázquez, y en particular de los responsables de Conservación. Una vez más, la simulación se hace presente en el Alma Máter. En el discurso se dice una cosa, mientras que en los hechos ocurre algo muy distinto. Es cosa fácil verificar que el discurso del voluminoso rector no tiene sustento, si se hace un recorrido por las distintas instalaciones de las diferentes unidades académicas, durante el que se puede ser testigo de ineficacia en la aplicación de los recursos, y del desperdicio de recursos naturales que se da. Los ejemplos van desde instalaciones mal hechas, como las que llevaron al reciente accidente mortal de un menor de edad en Navojoa por instalaciones eléctricas evidentemente inapropiadas, baños que parecen albercas por el agua que fluye en el piso, laboratorios que no cumplen con las reglas de seguridad con las que debieran de cumplir, entre otras irregularidades. Ojalá esta administración tuviera la capacidad de planificar no a 25 años, sino a 1 año! Claro, haciendo planes a 25 años es más conveniente por que así es más difícil ser objeto de escrutinio y evidenciado de incumplimiento. Mucho habría que discutir sobre la autenticidad del interés de los funcionarios universitarios en el supuesto desarrollo sustentable de la UNISON y en el aprovechamiento de los recursos como agua y energía, además de lo suspuestamente incluyente de los planes de desarrollo. Reiterando que el desperdicio de agua y energía es una costumbre en la UNISON, es de notar que en los hechos los funcionarios anteponen sus intereses más personales que les reditúen beneficios directos a ellos, sobre los intereses colectivos y sociales. Baste revisar casos de jefes de departamento que cierran las puertas a proyectos de quienes ellos consideran "enemigos políticos" o simplemente no son parte de su círculo "íntimo" de "amigos", lo que ha llevado incluso a algunos académicos a cambiar de adscripción departamental ante los bloqueos reiterativos de parte del jefe de departamento a iniciativas apoyadas por empresas o dependencias federales. Un foco de corrupción grave en esta dirección está en la División de Ingeniería, a cargo de Leobardo Valenzuela García, y quien es bien conocido por solapar a su títere Jesús Leonel Servín Rodríguez, jefe del Depto. de Ingeniería Química, aparte de otras "cualidades". Otro hecho que contradice el discurso simulador de la administración Grijalva-Velázquez, es la política excluyente en las facilidades que se dan a los diferentes grupos de académicos para que hagan actividades de vinculación. Resulta que cuando a los funcionarios universitarios se les hace llegar algún requerimiento concreto de vinculación por parte del sector privado o público, esta información no se da a conocer a todos los universitarios que podrían estar interesados, sino solo a ciertos académicos con los que los administrativos tienen intereses comunes, lo cual va en perjuicio del prestigio del Alma Máter, ya que con frecuencia no pueden resolver los problemas que se les plantean, dañando la imagen de la UNISON, y a pesar de que la en la institución hay academicos capacitados para poder abordarlos. A pesar de dejar mal a la institución, los funcionarios en vez de abrir a todos los académicos la posibilidad de participar, prefieren seguir llenando los bolsillos de sus amigos con los que puedan llevarse una parte del pastel, como es el caso de particular, solo por citar uno que ya fue motivo de escándalo, la relación de Enrique Velázquez Contreras con Martín Chávez, del CAM.
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