Irrumpen estudiantes en Congreso

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Al Congreso llegaron con pancartas, altavoces y muchos huevos. Eran más de veinte estudiantes de la Universidad de Sonora, fortalecidos por la presencia de activistas sociales, que estaban allí para protestar contra un posible aumento a la tarifa del transporte en Hermosillo.

Estaban dispuestos a irrumpir en la sesión de los diputados locales, manifestar su rechazo al incremento y arrojar los huevos en el salón en caso necesario.

“Vamos a impedir que suba el tema, no lo vamos a permitir. Nosotros vamos a tomar el Congreso cada vez que haya una sesión porque no nos van a hacer lo que nos hicieron con la ley del aborto, vamos a venir a todas las sesiones y en caso de que se suba la iniciativa no vamos a dejar que sesionen”, sentenció Rafael Murúa, miembro del comité organizador del colectivo de estudiantes de la Unison, el ITH y la UTH.

Ante la advertencia y la presencia de los quejosos, directivos del Congreso ordenaron a guardias privados resguardar el acceso principal a la sala de sesiones. Cualquiera que quisiera entrar debía ser revisado. A los estudiantes les revisaron las mochilas y las bolsas de los pantalones, les quitaron cualquier objeto que pudiera servir de proyectil y les permitieron el acceso. A las señoras les revisaron sus bolsos e ingresaron sin mayor problemas.

Tensión en la sala

Una vez comenzada la sesión había incertidumbre porque en el orden del día no estaba incluida alguna discusión sobre la tarifa del transporte, pero sí había un sospechoso punto nueve, que permitía a los diputados someter a consideración de la asamblea cualquier asunto que requiriera una urgente atención.

Cuando lo notaron, los protestantes creyeron que en ese punto se hablaría del transporte y comenzaron a gritar.

La activista Rosa María O’Leary y los estudiantes se pararon frente a los diputados y les exigieron una explicación.

“Necesitamos saber si van a pasar el punto del transporte urbano o hasta las próximas elecciones. Si no quieren hacerlo en este momento no pueden tener a la ciudadanía esperando”, gritó enérgicamente la activista. “Queremos decisiones, ni un centavo más. No tienen valor, no tienen honorabilidad”.

Los diputados callaron un momento obligados por la alharaca. Luego anunciaron que una comisión de diputados los atendería y continuaron con la sesión.

Dos horas después, al llegar al punto nueve del orden del día, los manifestantes descubrieron que el tema no fue subido a discusión y se retiraron pacíficamente del recinto, aunque prometieron regresar con más huevos.