Cocinan reforma legislativa para Unison
Gaspar Navarro Ruiz / g_navarro_ruiz@hotmail.com
Como no surtió efecto como arma de presión contra el STAUS el plan de dar clases extramuros a los estudiantes de la Unison en escuelas preparatorias, ahora en el gobierno estatal amenazan con una reforma a la Ley Orgánica de la Alma Mater para acabar con las cíclicas huelgas de sus sindicatos en la Máxima Casa de Estudios.
Meter la mano oficial a la Unison no es cualquier cosa, y deberán de pensarla varias veces en el gobierno estatal antes de tratar de violentar la autonomía universitaria para doblegar a los sindicatos STEUS y STAUS, así como a la rectoría, que en el caso de Heriberto Grijalva Monteverde, ya pintó la raya al advertir que no recibe órdenes de Palacio de Gobierno.
El único que se ha atrevido a meter mano firme en la Unison, fue Manlio Fabio Beltrones, al anunciar durante el acto de toma de protesta una reforma a la Ley Orgánica 104 de la Alma Mater para acabar con los conflictos internos provocados por los grupos de poder universitarios que veían a la institución como un codiciado botín. Con esa reforma universitaria, además se daba el primer paso a nivel nacional a la privatización de las instituciones públicas de educación superior, como plan piloto en Sonora del proyecto del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Con la reforma a la Ley Orgánica se creó la Ley 4 que rige hasta nuestros días, con la cual se transformó la estructura interna de gobierno de la institución, cambió el proceso de elección del rector y se establecieron cuotas o colegiaturas y los exámenes de admisión, lo cual generó la inconformidad al interior de la Máxima Casa de Estudios, sobre todo en el sector estudiantil, naciendo el CEUS, versión moderna y más radical de lo que muchos años atrás fue la combativa y polémica FEUS.
La reforma universitaria no logró su objetivo de poner orden en la institución, arrancando el sexenio de Beltrones de manera caótica, con protestas estudiantiles que llegaron al grado de realizar la marcha estudiantil “Del Desierto al Zócalo”, o lo que es lo mismo desde Hermosillo al Distrito Federal.
Los intereses políticos nacionales en el centro del país, ayudaron a los estudiantes a meter reversa al gobierno de Sonora en el tema del cobro de cuotas y la democratización interna, al firmarse un acuerdo entre el gobierno estatal y estudiantes universitarios promovido por el entonces regente del DF, Manuel Camacho Solís.
Dicen los que saben, que hasta el DF fue Beltrones a firmar el acuerdo con los dirigentes estudiantiles del CEUS para dar marcha atrás en el cobro de cuota al facilitar los pagos simbólicos que siguen hasta la fecha, y crear becas estudiantiles, con lo cual terminaron dos años de protestas al interior de la Unison.
El tiempo le dio la razón a Beltrones, pues con la nueva forma de elección del rector, se terminó de tajo con las disputas internas entre los grupos por el poder al convertirse la Junta Universitaria en el “Gran Elector” dejando de lado la elección directa de los universitarios.
De igual forma, con esa nueva modalidad de designación del rector, llegó a la rectoría de la Unison, al entonces rector del Colegio de Sonora, Jorge Luis Ibarra Mendívil, quien logró acuerdos con los líderes sindicales del STEUS y STAUS para erradicar por ocho años seguidos al fantasma de la huelga y mejorar la imagen institucional tan afectada por paros y huelgas locas, para así consolidar el desarrollo académico e institucional del Alma Mater.
Con esos antecedentes, no creo que el gobernador Guillermo Padrés vaya a meter mano a la Unison para tratar de reformar su Ley Orgánica para acabar o tratar de controlar a los sindicatos. El horno no está para bollos. Mucho menos moverle al asunto de la Unison en medio de un proceso electoral y de serios conflictos en el sur de Sonora por la construcción del acueducto de El Novillo.
Ya vimos en días pasados en un desplegado, la exigencia de la Federación Nacional de Sindicatos Universitarios y otra docena más de organismos sindicales entre los que destaca el Consejo Sindical Permanente de Sonora, a las autoridades universitarias, Congreso y Ejecutivo a solucionar la huelga del STAUS dando respuesta positiva a sus demandas.
La lógica y la historia universitaria dice que no hay que darle de golpes al panal de abejas, pero tal parece que al gobierno estatal le encantan las emociones fuertes. El coordinador parlamentario del PAN en el Congreso David Galván, declaró en días pasados que recibió un escrito del secretario de Gobierno Roberto “Rockmero” López, donde le hace “consideraciones y recomendaciones para evitar la recurrencia de la huelga en la Unison”.
Según el diputado David Galván, analizan una solución de fondo a la Unison con un nuevo esquema de legislación universitaria.
“Nosotros respetamos la autonomía de la Universidad, pero se puede comenzar a generar una reforma y condiciones de trabajo para fortalecer la rectoría, y darle más seguridad a los trabajadores con un nuevo esquema para la Unison”, consideró Galván Cázares.
A como vemos las cosas, el gobierno estatal solo trata de asustar con el petate del muerto, y no meterá las manos en la ley orgánica de la Universidad de Sonora. En lugar de andar de provocador, el gobierno puede apoyarla con los cabildeos con los dirigentes sindicales, para iniciar una nueva relación que acabe con las cíclicas huelgas.
Por lo pronto, las cosas siguen igual que hace dos semanas, la institución en huelga, y tal parece que así seguirá al mantenerse firme el rector Heriberto Grijalva en su propuesta de 3.8 por ciento de aumento salarial y 2 por ciento en prestaciones, y una bolsa adicional de 11 millones de pesos, como se lo hizo saber por teléfono al dirigente del STAUS Jorge Rountree . No hay ni un peso más para el STAUS.
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