UNIDAD Y PARTICIPACION SINDICAL !AHORA!
Oscar Yescas Domínguez oyescas@psicom.uson.mx
La existencia de la sociedad contemporánea se basa en
el funcionamiento de un sinnúmero de organizaciones formales que ofertan
productos y servicios para que la comunidad satisfaga sus necesidades básicas y
psicológicas. Por ello se ha dado en
llamar a la sociedad contemporánea como la sociedad organizacional o la era de
las organizaciones.
Al igual que los individuos toda organización formal
contemporánea crea su propia personalidad psicosocial y construye sus propios
comportamientos dentro del marco de la estructura que los rodea en base a su
propia normatividad. Las organizaciones podríamos definirlas como el conjunto
de personas que en el marco de una estructura interactúan utilizando tecnología
para alcanzar objetivos comunes. Así bajo una perspectiva de la Psicología Organizacional
podríamos hablar de organizaciones productivas, comerciales, educativas,
políticas, financieras y sindicales.
Al igual que adquiere una personalidad jurídica, cada
organización construye también su personalidad social, a través de la creación
de su propia cultura y clima organizacional con contenidos únicos y muy
personales. Podemos identificar el
Clima Organizacional como el conjunto de percepciones compartidas que los
empleados desarrollan en relación con las características de su entidad, tales
como las políticas, prácticas y procedimientos, formales e informales, que la
distinguen de otras entidades e influyen en su comportamiento. La
percepción individual, sumada a la percepción de los demás, genera la
percepción colectiva. El reto que se presenta es como llegar a conocer esta
percepción colectiva. El contenido de toda cultura organizacional incluye por
lo regular aspectos tales como las tradiciones, costumbres, hábitos, valores,
etc., lo cual nos da una muestra del grado de dificultad para conocerlo.
Al interior de la universidad de Sonora, el clima
organizacional es extraordinariamente rico en contenido y difícilmente
podríamos identificarlo utilizando solamente el método de la encuesta, tal como
la actual administración lo ha intentado hacer.
Al interior del STAUS, la
democracia que gozamos que nos proporciona la libertad para expresar y conocer
diferentes puntos de vista, es un reflejo de una cultura universitaria que se
diferencia de otras culturas en el sentido de que coexiste la pluralidad de
ideas, pensamientos e ideologías. En un ambiente de democracia las fracciones
minoritarias se pliegan a los acuerdos de la mayoría, anteponiendo los
intereses colectivos a los minoritarios o de grupos.
Cuando se toma una decisión importante que conto con
la mayoría o totalidad de los integrantes de la organización, se acatan los las
consecuencias de la misma, hasta que la misma instancia decida tomar otra
decisión. El STAUS tomo la decisión de irse a la huelga contando con la
aprobación de una mayoría evidente. En una organización democrática, no es
posible retroceder o estancarse en un punto ya discutido a petición de un
pequeño grupo, sobre todo como en nuestro caso en condiciones de huelga, cuando
las condiciones son apremiantes y requieren de nuestra presencia y esfuerzo en
otras tareas de mayor importancia. Recordemos, los trapos sucios se lavan en casa
y no es el momento de laundry ya que por si alguno lo olvida, estamos en
huelga.
Pero recordemos que nuestra democracia, al igual que debería
suceder en otras organizaciones, está teniendo lugar en un marco institucional
de cordialidad, tolerancia y respeto, que nos hace únicos y muy diferente a la cultura
de otras organizaciones, tan solo mencionemos una organización que conocemos
como Gobierno del Estado, donde predomina, cual vil virreinato, el culto a la
imagen del poder en turno, el despilfarro de recursos para un solo lado (el de
ellos), si ayer fueron rojos, hoy en día son azules, que por cierto odian con
especial animadversión todo lo que huela a rojo. Los que se encuentran en la
cúpula del poder político actúan como amos del territorio sonorense y reparten
su poder entre altos funcionarios y
pequeños o medianos caciques que contribuyen a mantener el status quo controlando
a “los de abajo”.
En nuestro sindicato, se da por aceptada de antemano la
premisa de que el respeto a sus expectativas es un derecho que tiene todo
individuo, pero recordemos que cuando se ingresa al STAUS se firma una
solicitud donde se acepta seguir su normatividad y reglamento interno. Existe
una estructura formal que rige nuestra interacción mediante estatutos y
reglamento interno.
Si el STAUS se encuentra en huelga enfrentando toda
una campaña de calumnias y difamaciones que intenta manchar y desvirtuar
nuestra imagen como trabajadores académicos ante la sociedad, debemos cerrar
filas, aumentar la unidad y cohesión, así nuestra participación en las
actividades que defina el Comité General de Huelga, que es actualmente la
máxima instancia de dirección sindical. Ya
no es tiempo ni el momento de contar los votos a favor o en contra de la huelga.
Quien así se manifieste se está prestando al juego de la división del STAUS,
que beneficia únicamente a quienes nos están atacando. No es el momento de mirar hacia atrás, sino
concentrarnos en las necesidades del momento presente.
En condiciones de crisis, se pone a prueba la cohesión
de los miembros de una organización ya que la presión externa genera condiciones
estresantes. El momento actual es el de las definiciones ya que nos enfrentamos
a una disyuntiva: optamos por la defensa de nuestro sindicato o con nuestra
pasividad, silencio o complicidad dejamos que golpeen al STAUS, o sea, a
nosotros mismos. Recordemos que las organizaciones no son los edificios o
vehículos, las organizaciones son las personas que le dan vida.
Hoy más que nunca la frase TODOS SOMOS STAUS adquiere
vital importancia. Recordemos que parte de nuestras fallas es que no todos los
sindicalizados lo somos por convicción, existe un buen número de profesores que
se afiliaron al STAUS con la única intención de darle pellizcos y beneficiarse
de los logros sindicales.
En las condiciones que nos encontramos al entrar a la
tercera semana de huelga tenemos que decir en forma CLARA Y FUERTE, que hay
gente cercana a Rectoría en las filas del STAUS, sea por amistad personal o por
interés, pero que en estos momentos están presionando para que se levante la
huelga, bajo argumentos diversos. Algunos de ellos han tenido participación
sindical anterior, otros es reciente y repentina su vocación sindical, después
de presentar un desinterés y un largo vacio en su participación. A este grupo parece
no importarles observar que en este movimiento se pone en juego no solo la
obtención de un aumento salarial y en prestaciones, sino que está de por medio
la existencia de nuestro sindicato, que está en juego también la existencia del
sindicalismo en Sonora y en México. Porque lo que se pretende en Sonora es
acabar con los sindicatos combativos, independientes y democráticos, que son
los que estorban al poder en turno para seguir enriqueciéndose.
Quien podría negar a estas alturas que el STAUS es un
sindicato combativo, independiente y democrático? La historia de nuestra
organización se ha caracterizado por tener esas características. Ese es nuestro
pecado y en el pecado llevamos la penitencia, el ser blanco de ataques,
calumnias y mentiras que provienen del Gobierno del Estado que utiliza los
medios masivos de difusión (prensa y tv), en claros intentos de crear una
imagen negativa de nuestro sindicato ante la sociedad sonorense. Los auténticos
universitarios vemos con tristeza, decepción y coraje que la persona que ocupa el cargo de
Rector, acompañado de la Secretaria General Administrativa de NUESTRA
universidad se suman a la campaña de ataques y desprestigio en contra del
STAUS, olvidando convenientemente que ellos mismos forman parte del padrón de
afiliados al mismo.
En este contexto, levantar la huelga en la forma que
pide un reducido grupo disperso en la universidad, sin obtener más que lo
ofertado y la incertidumbre de cómo será la revisión del próximo año, sería una muestra de una enorme
debilidad que será la luz verde para que al siguiente año den la estocada final
al STAUS.
Podemos abrir la discusión sobre tal o cual medida,
pero acudir a una asamblea donde la consigna única sea levantar la huelga sin
argumentos, sin discusión alguna, será aceptar una provocación proveniente del
exterior, un intento de intervención sindical y el primer paso en nuestro
proceso de auto aniquilación.
Lo que debemos hacer es abrir la discusión, utilizando
los espacios formales de nuestra organización, es decir, realizar asambleas
delegacionales que cuenten con la asistencia de miembros del Comité Ejecutivo y
del Comité General de Huelga y llevar los acuerdos o propuestas a las reuniones
del Comité de huelga que es la máxima dirección del movimiento de huelga en
este momento. El momento actual obliga a disciplinarse a los acuerdos de
nuestras máximas instancias de dirección sindical. Evitemos los intentos de
división, respetemos nuestra normatividad, mantengamos viva la democracia en nuestro sindicato, enseñemos
a la sociedad sonorense y mexicana como actúa un sindicato de intelectuales, de
científicos, de investigadores, de maestros pues.
Si queremos una sociedad mejor, un mundo mejor tenemos
que empezar por ser mejores individuos, mejores hombres y mejores mujeres. En
el STAUS ya hemos apostado nuestro trabajo y podríamos apostar la vida sin
dudarlo, por una sociedad más justa, más equitativa y democrática, donde la
ciencia y la cultura sirvan a los intereses colectivos. Quizá algunos digan que
somos pocos para cambiar la sociedad, lo cierto es que NO ESTAMOS SOLOS y CADA
DIA SOMOS MAS.
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