martes, mayo 29

Incumplen Jefes de Departamento con el Proceso de Programación. Parte I

Este lunes 28 de mayo de 2012 empezaron las reuniones de la Comisión Departamental Verificadora de la Programación (CDVP) de cada Departamento de la Universidad de Sonora. De acuerdo con la cláusula  83 del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) acordado entre en Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) y la administración Universitaria, "el jefe de departamento deberá entregar al delegado sindical y a la CDVP la programación completa de cursos en los formatos oficiales la cual deberá incluir toda la carga acadñemica programada para ofrecerse en el período escolar, y la asignación de carga considerando la primera etapa de a programación, al menos 20 días hábiles antes del inicio de los exámenes ordinarios del semestre inmediato anterior al que se programa". Este acuerdo firmado bilateralmente entre el sindicato de académicos y la administración universitaria, es uno de los muchos pactos firmados en el CCT que la administración incumple consuetudinariamente semestre tras semestre, años tras año. Pero, ¿cuál es el sentido de no cumplir este acuerdo sobre la programación departamental? ¿qué implicaciones tiene? ¿por qué ocurre si parecería que no debería de haber inconveniente para su eficaz cumplimiento? ¿en manos de quien recae la responsabilidad y cómo corregirlo?
   Aunque se inició la revisión de la primera etapa de la programación, este proceso es -al menos mayoritariamente- mera simulación y evidencia de incumplimiento tanto por parte de los jefes de departamento como por parte de los delegados sindicales. El equipo del El Buen Búho indagó a varios delegados para preguntarles si los jefes de departamento correspondientes les habían hecho llegar en tiempo y forma la programación para la primera etapa, a lo que los 10 delegados cuestionados respondieron negativamente. ¿Qué se va a verificar entonces? Los jefes de departamento presentarán sus propuestas sin cuestionamientos de los académicos por que éstos no conocen la programación departamental en su conjunto, ya que los delegados no exigen a  los jefes que les entreguen la programación de la primera etapa completa, para a su vez darla a conocer a los profesores, y entonces estos últimos puedan dar su visto bueno, o, en su caso, hacer llegar sus observaciones e inconformidades. Esta, en algún sentido, complicidad de parte de los delegados se da todavía en mayor grado en aquellos departamentos en que el delegado sindical es elegido con el visto bueno de la jefatura, convirtiéndose el delegado en una extensión de la administración universitaria, no la contraparte de equilibrio que por su propio origen debería de representar.
   Finalizada la reciente huelga del STAUS, y tras el comportamiento de la administración universitaria a través de la comisión negociadora institucional, ha quedado en evidencia que es absolutamente necesario que el STAUS endurezca su postura ante las repetidas violaciones al CCT, ya que la administración universitaria está aumentando la pesada burocracia en el Alma Máter esgrimiéndo el cumplimiento de diversas normatividades que supustamente deben de regir las actividades al interior de la UNISON; sin embargo, esta pulcritud de la administración resulta muy parcial ya que solo aparece cuando conviene a la administración, sin importar cuánto perjudica a los intereses colectivos de los miembros del STAUS. La respuesta del STAUS ante tales posturas, deberá ser un endurecimiento en donde la parte sindical exija a la administración el cumplimiento de acuerdos tomados bilateralmente, sobretodo los plasmados en el CCT. 
   En el caso de apertura de grupos pequeños de estudiantes en algunas carreras y posgrados, estos se abren por necesidad de cumplir con programas académicos que en su mayoría - y esto gracias al trabajo de los académicos, no de los administrativos - están acreditados por instancias externas; sin embargo, la tendencia de la administración es a eliminar grupos pequeños, lo cual resulta incongruente si se parte del hecho consumado de que esto grupos pequeños a veces -sobre todo en posgrado- se abren para cumplir una necesidad de flexibilidad de los programas. Esta flexibilidad en el sentido de que los estudiantes tengan diversas opciones de materias optativas - por ejemplo- , es uno de los factores por los que algunos programas reciben reconocimientos de evaluaciones externos, y sin embargo con tal de reducir los gastos en salarios que se tienen que cubrir a los profesores, la administración opta por reducir grupos. Esta política de ahorar en salarios no es aplicada por la administración a la hora de pagar aviadores en diferentes departamentos, que no imparten ni un solo curso y a veces ni a firmar nómina se presentan. 
   Es responsabilidad de los delegados de cada departamento solicitar al jefe de departamento la programación departamental para que darla a conocer a todos los profesores, y éstos a su vez puedan expresar sus opiniones. Sin información, no puede haber manifestación de inconformidades de programaciones hechas de manera injusta. Ejemplo de esto último son jefaturas en las que se les niegan clases a profesores de tiempo completo, y de pronto aparecen programados - ya iniciado el semestre - profesores debutantes, que tienen nexos con los jefes o amigos de los jefes. La fortaleza del STAUS aumentará conforme las bases, desde las delegaciones, exijan a las autoridades universitarias a que aprenda a cumplir con los compromisos pactados bilateralmente, sobre todo con lo plasmado en el CCT, al que tanto desprecio mostró en la reciente revisión la Rectoría bajo el desatinado mando de Heriberto Grijalva Monteverde.
   

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