¡15 de mayo!, Día del Maestro
Por Clotilde Barbier Müller
(8 de mayo) El 15 de mayo es el día de los cumplidos, de las felicitaciones, de los honores, de los agradecimientos de la sociedad hacia su cuerpo más elevado…¡los maestros! En ese día, siempre nos instalan un pedestal del cual nadie se atrevería a bajarnos por tanto respeto que se le debe a la tarea de enseñar, a la tarea de formar a los hijos, futuro de nuestro país.
En ese día, en Televisa y en otros canales de televisión, las películas conmovedoras sobre la belleza, la nobleza, la grandeza de la tarea del docente nos arrancan regularmente lágrimas de los ojos y nos aprieta el corazón con una ternura inmensa hacia el Maestro…
Pero, ahora que se acerca el 15 de mayo para nosotros los maestros de la Universidad, quisiera presentar la película que estamos viviendo y que quieren mostrar al pueblo de Sonora.
Un “padre de familia” escribe a un maestro de la Universidad lo siguiente: la percepción que se tiene de ustedes es que son unos flojos, rijosos, problemáticos y que no tienen llenadera…
¿Primeramente, acaso la UNI debería tener una asociación de padres de familia como una escuela maternal o primaria?¿Acaso los ciudadanos mayores de edad que entran en la Universidad deben todavía pedir a papá y a mamá qué rumbo tomar en sus vidas?¿Acaso el mismo alumno frente a un maestro que él considera flojo o problemático en lugar de comentarlo a su papá no puede señalárselo personalmente, o en todo caso enfrentar a la misma administración universitaria de la cual depende para pedirle cuentas propias?¿Que hará ese alumno cuando su patrón lo desprecie y le quite sus derechos laborales?¿Decirle a su papá para que éste lo insulte en la red social? Por otra parte, ¿por qué papá y mamá deberían opinar de personas que no conocen y que, en unos estereotipos tajantes, reducen a una masa mediocre de individuos motivados por la pura avidez? ¿Acaso nosotros maestros vamos a juzgar lo que Papá y Mamá hacen en sus campos de trabajo respectivos?
Ese padre de familia argumenta también que dejemos al rector en paz, puesto que no tiene nada que ver en esa huelga ya que los maestros son los que la declararon.
Nunca se adentra más en fondo en las razones que motivan un cuerpo laboral y académico como el nuestro, a declarar una lucha contra el poder vertical y ciego de una administración extremadamente irrespetuosa hacia su gremio más valioso: Ofreciendo la revisión salarial más baja de todo el estado, quitando prestaciones de salud y de jubilación. ¿Los maestros deberíamos entonces más bien ser agradecidos con el rector y en un último esfuerzo, deberíamos ofrecer nuestro trabajo de manera gratuita para que los “padres de familia” no nos acusen de no tener llenadera?…
¿Por qué disculpar al rector así, ignorando de manera arbitraria que sus funciones (extremadamente bien renumeradas, dicho de paso) son justamente las de proveer el buen funcionamiento de la institución? ¿Acaso el rector es una figura pintada sin otra responsabilidad que la de lucirse con los logros de los maestros en la página de la institución o con los empresarios del estado? ¿Por qué acusar con adjetivos tan despectivos y de manera unidimensional y tan brutal al gremio que lleva la Universidad de Sonora al octavo lugar de las mejores universidades del país? ¿Qué afán de siempre golpear al que cumple con enseñar y no al que administra los recursos que deberían permitir esa enseñanza con cada vez más calidad, para los alumnos?
Yo cumplo con mi tarea, siempre y desde hace 28 años, puntualmente en clases de 55 a 60 minutos , de hecho no me alcanzan esos minutos para trasmitir todo lo que quisiera… He dado clase el viernes y todos los viernes que me han tocado vivir en mi tiempo de trabajo en la UNISON, y para que no haya equivocaciones con los alumnos que piden “viernes social”, con permiso del padre de familia que acusa a “todos los maestros flojos que nunca trabajan los viernes, uso el viernes como día de examen!¡Y como se quejan mis alumnos!
La universidad ha invertido tanto en mí (Maestría y actualmente Doctorado) como yo en ella. Lo que me ha dado se lo he devuelto con profundo agradecimiento en cumplimiento, en calidad, en compromiso, con mis alumnos sobre todo, e invito a los miles de alumnos que asistieron a mis clases en esos 28 años que atestigüen de ello, o que me desmientan. He logrado que mis alumnos puedan obtener un diploma internacional de francés que garantiza su éxito en estudios en todos los países del mundo de habla francés. (Francia, Bélgica, Canadá, Suiza etc…etc…) El impacto de mi trabajo va más allá de los muros de la Universidad…¡Mi alma mater merece eso y más!
Cuando se abre la página de la UNISON (www.uson.mx) se entra en un mundo maravilloso de ciencia, de cultura, de logros extraordinarios, de maestros premiados aquí y allá, de maestros inventores de fórmulas y de ecuaciones que van a cambiar el rumbo de la ciencia internacional, de artistas, bailarines, actores, cantantes que ponen el renombre de Sonora en los cuatro puntos cardinales de México y del mundo. Sus alumnos también reciben becas, premios, hablan muchos idiomas, estudian posgrados en las mejores universidades del mundo. Se puede ver entonces allí que el rector se enorgullece día tras día de sus maestros y enriquece su CV personal gracias a todos esos logros.
Entonces, ¿cómo explicar que desde el 16 de abril, y aun antes, desde el principio de nuestra legítima revisión salarial, el rector nos ignore, nos impone un muro de silencio, hasta ayude a que se nos desacredite de manera tan vil en los ojos de la sociedad en lugar de defendernos, en lugar de cumplir con su trabajo de proveer con las legítimas necesidades de la Universidad y de sus maestros?
El rector fue maestro y empezó como muchos de nosotros también, desde abajo, desde las horas sueltas pesadas, numerosas, mal pagadas, inciertas, hasta poco a poco llegar a la máxima función en la Universidad. ¿Cómo se logró eso?
Igual que muchos de nosotros, entró en el sindicato con la gran esperanza que éste lo respaldara en todas sus necesidades laborales, recibió becas para estudiar, luchó en el sindicato para que hubiera plazas de tiempo completo y se benefició con una de ellas en su Departamento. Además de obtener seguridad de su empleo (que es el anhelo de todos, en nuestro gremio) gracias a las acciones del STAUS a favor de la vivienda de los maestros, ¡hasta pudo asegurar a su familia un techo digno!
¿Entonces? ¿Se le olvidó? ¿Cómo explicar que hoy, estando del otro lado de la barda, nos mire con tanto desdén?
¿Cómo explicar que considere públicamente que las solicitudes de los maestros sean absurdas?
¿Cómo explicar que deje que los maestros, que tanto ayudan a la sociedad con los logros mencionados anteriormente, que tanto contribuyan al futuro de Sonora y de México, sean tratados como ciudadanos de segundo categoría flojos e irresponsables?
¿Cómo no se INDIGNA cuando un secretario de educación pública anuncia que se van a dar clases fuera de los muros de la Universidad (??) cuando sus maestros están preocupados por buscar lo mejor para ellos y para sus alumnos, de la misma manera que él lo hizo años atrás, para él y para sus alumnos?
¿Cómo, de la misma manera que repudia tajantemente nuestras solicitudes hoy, no repudia mejor las actitudes anticonstitucionales violatorias de derechos humanos y universitarios de las autoridades que lesionan a la sociedad?
¿Cómo? ¿Cómo? ¿CÓMO?
¡El primer trabajo del maestro es enseñar al alumno a ser crítico! Es darle armas para que su futuro no acabe en un oscurantismo sumiso que lo condenaría a la mediocridad, a la pobreza mental y física.
Entonces, ¿qué lección está dando el rector a los alumnos de la Universidad de Sonora, con su actitud soberbia de hombre de poder?
¿Que las luchas fueron buenas cuando le aportaron A ÉL sus beneficios pero que ahora son “terquedades”, ”caprichos”?
¿Que él que lucha por sus derechos y por preservar los beneficios adquiridos gracias a luchas anteriores, debería, no solamente dejar de luchar pero que también debería de sacrificar esos derechos y eso beneficios adquiridos porque él, ahora “gran patrón” no es capaz de sostenerlos como sí se sostuvieron en otros tiempos?
Después de haber sido las estrellas de la 8va Universidad del país, ¿ahora somos los enemigos de la Universidad porque pedimos nuestra parte de legítimos beneficios como él en su tiempo lo hizo?
¿Que acaso ser maestro no merece un trato respetuoso?
¿Qué nos va a decir ese 15 de mayo cuando vaya a entregar los reconocimientos de antigüedad?
Disculpen maestros pero, ¡ustedes no valen más que 5.8%!
Disculpen maestros, pero ¡su jubilación y su salud me tienen sin cuidado!¡Háganle como puedan, pero sin mí! Yo, ya tengo lo que necesito y pues, ni modo!
Disculpen maestros pero mi sueldo no me permite preocuparme por el de ustedes, yo ya lo tengo todo resuelto, y no se me pongan celosos!
Disculpen maestros, pero ¡ahí les va el chequecito de su antigüedad y con eso van a poder llevar a su mamá o a su abuela al restorán el día de sus cumpleaños!. Yo ya voy para Alemania y me esperan aventuras mucho más apasionantes que sus peticiones mezquinas!
¡Obviamente no! Nos va a felicitar calurosamente, nos va a apretar la mano por nuestra labor incomparable en una de las mejores universidades del país, por nuestros conocimientos, por eso y por más pero, después de eso, ¡se volverá a encerrar en su torre de marfil y nos volverá a tirar en la jaula de los leones!
¡VIVA el STAUS, que es la luz de muchos maestros jóvenes, como lo fue por un tiempo el hoy en día rector, Heriberto Grijalva!
Fuente: STAUS.
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