miércoles, agosto 13

En complicidad con funcionarios de UNISON, abundan los aviadores. Aquí un ejemplo

Fuente: Vigilia Sonora

• El jefe en México de una minera canadiense es aviador en la Unison
• Una causal de la huelga de 68 días es la fuga de recursos a través de profesores aviadores
• Salvador Aguayo Salinas, vicepresidente de Silvercrest Mines, cobra sin trabajar en Ciencias Químicas desde hace varios años
• La muerte de un trabajador en la mina Santa Elena, en marzo de 2014, sigue sin esclarecerse
• El alto directivo está también acusado de robo, según Averiguación Previa iniciada por la PGJE en abril de 2014
• Autoridades estatales y universitarias protegen al aviador e impiden sanción penal
Salvador Aguayo Salinas, alto directivo de la empresa canadiense Silvercrest Mines, propietaria de la mina Santa Elena, ubicada en Banámichi, Sonora, es uno de los cientos de miles de profesores que cobran sin trabajar en México y que anualmente le cuestan al erario más de 35 mil millones de pesos.
Aunque el secretario de Educación de Sonora, Jorge Luis barra Mendívil, ha insistido en que no existen “aviadores” entre el personal docente de la entidad, lo cierto es que Aguayo Salinas sigue devengando íntegro su salario y prestaciones en la Universidad de Sonora (Unison), a pesar de no pararse en las aulas desde hace varios años.
El Vicepresidente de Desarrollo para México de la trasnacional minera, cobra alrededor de 30 mil pesos mensuales como profesor investigador del Departamento de Ingeniería Química y Metalurgia de la Unison. Su número de empleado es 21960.
Aguayo Salinas cursó la licenciatura en Ingeniería Química. Egresó de la Unison en 1974. Al año siguiente se convirtió en profesor, aunque sólo hasta el año de 1991 obtuvo su cédula profesional: 1493873. Uno de sus alumnos es el actual rector, Heriberto Grijalva Monteverde.
En Silvercrest Mines, el sueldo de este alto ejecutivo supera los 140 mil pesos mensuales. Además, posee acciones de la empresa trasnacional y goza de gastos de representación ilimitados.
El de Aguayo Salinas es sólo uno de los varios casos de profesores aviadores que existen en Sonora, y muy particularmente en la Unison. Significan una fuga importante de recursos. De no existir este desvío de dinero, las autoridades universitarias y el Gobierno de Sonora podían haber evitado la huelga que, en razón del incremento salarial insatisfecho, mantuvo paralizada a la institución durante 68 días.
El rector Grijalva ha tolerado que su antiguo maestro cobre sin trabajar, y ello resulta particularmente indignante, no sólo por el hecho en sí mismo, sino también porque esta persona representa a un poder trasnacional que ha devastado el territorio nacional, que se ha llevado la riqueza de nuestro subsuelo a cambio de muy poco, y que es responsable de daño ecológico irreversible y de la muerte er cientos de mineros.
La canadiense Silver Crest y la irracional extracción de oro y plata en Sonora
La mina Santa Elena fue inaugurada por el gobernador Guillermo Padrés Elías, en compañía del CEO de la empresa canadiense, Eric Fier, el 20 de mayo de 2011. En el evento, Aguayo Salinas tomó la palabra y agradeció el “apoyo” de las autoridades estatales y municipales para hacer realidad la explotación de minerales metálicos en esta zona.
El acto protocolario, del que dieron cuenta diversos medios de comunicación, ocurrió dos días después de que el máximo directivo en México de la trasnacional canadiense, recibiera un reconocimiento a su trayectoria por parte de la Universidad de Sonora. Incluso el XX Congreso Internacional en Metalurgia Extractiva, que se llevó a cabo en Hermosillo, del 18 al 20 de mayo de 2011, y que llevó por título “Avances Recientes en Metalurgia, Materiales y Medio Ambiente”, fue realizado “En honor de Salvador Aguayo Salinas”.
La realidad es que la labor docente del homenajeado se interrumpió prácticamente desde que Silvercrest Mines adquirió en 2005 la mina de Banámichi, a un precio de 4 millones de dólares. Salvador Aguayo se hizo cargo de ella y abandonó su plaza como profesor-investigador. El problema es que siguió cobrando íntegro su salario, al igual que las prestaciones, con la complicidad de las autoridades universitarias.
Otra paradoja del caso es que el nombre original del municipio donde está asentada la mina Santa Elena es Banamitzi, vocablo de la lengua ópata-pima que significa “Donde da vuelta el Agua”. Y agua es precisamente lo que requiere una empresa de explotación de oro y plata como ésa.
Los datos son impactantes: Para extraer un gramo de oro se consumen 1000 litros de agua por segundo. Extraer un solo gramo de oro en una tonelada de mena, a su vez, requiere de 500 kg de cianuro, producto potencialmente letal para humanos y animales. Extraer un solo gramo de oro necesita también entre dos y tres gramos de mercurio, sustancia tóxica que se vierte en los ríos, contaminándolos. Tal es el caso del Río Sonora. Para obtener un kilogramo de oro, en resumen, se necesita remover 540 toneladas de materia.
Estas cifras corresponden al Manual que elaboró el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero, cuyo propósito es informar a la población de los peligros y riesgos de esta actividad, que es la mayor causa de degradación ambiental provocada por los seres humanos. El problema –advierte el Movimiento- no es la minería, sino el modelo extractivo que la sustenta, y que puede llegar a usar hasta 25 toneladas diarias de explosivos, llenando el aire de metales pesados y afectando la salud de las comunidades.
Algunos datos más: 1) En México, entre 1993 y 2012, se entregaron más de 95 millones de hectáreas de tierras en concesiones para la minería, lo que representa la mitad del territorio. 2) Bajo la presidencia de Felipe Calderón en México, el número de proyectos concesionados aumentó el 94 % entre 2006 y 2010. 3) Mientras las compañías mineras extraen los minerales, se llevan las ganancias y dejan a su paso tierras pobres, inservibles, contaminadas, y marginación. 4) El 74% del capital minero en México es detenido por empresas canadienses. 5) Un minero en Canadá gana en solo una hora lo que un minero mexicano debe obtener en toda la jornada laboral.
El minero muerto en Banámichi y la Averiguación Previa por robo
Por si fuera poco, las condiciones de trabajo en las minas suelen ser peligrosas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la minería es uno de los sectores laborales más peligrosos en el mundo y causa más de 15,000 muertos al año.
La mina Santa Elena ya incrementó las estadísticas letales. En marzo de 2014, el fallecimiento de uno de sus empleados causó indignación en la comunidad de Banámichi, por la forma en que ocurrió y por la complicidad de las autoridades para no investigar las condiciones en que laboraba.
Según el parte de la Policía Estatal Investigadora de Sonora (PEIS), el viernes 21 de marzo el hermosillense Raúl Escárcega Grijalva, de 57 años, murió prensado entre los hierros retorcidos, cuando volcó y cayó a un desnivel de 50 metros el enorme camión de volteo Caterpillar que conducía, cargado con 30 toneladas de piedra que contenían chispas de oro y plata.
Existen versiones contradictorias de los hechos, pero según la empresa dirigida por Salvador Aguayo, Escárcega Grijalva fue el responsable de su propia muerte. Ésta habría ocurrido cuando, después de cargar el material, perdió el control del pesado vehículo mientras transitaba por el estrecho camino que lleva a los molinos.
Aunque el alto directivo de Silvercrest Mines fue ascendido recientemente de puesto y hecho socio por sus patrones canadienses, unas cuantas semanas después de este deceso fue retirada su foto del portal web de la compañía, donde tampoco aparece ya como vicepresidente de Desarrollo en México.
La maniobra, sin embargo, es irrelevante, toda vez que Aguayo Salinas sigue apareciendo como apoderado legal en México de la trasnacional canadiense, y en tal carácter ha firmado diversos documentos oficiales que el Frente Universitario Contra los Aviadores tiene en su poder.
Además, el 17 de marzo de 2014, días antes de la muerte de Escárcega Grijalva en la mina Santa Elena de Banámichi, el National Bank difundió un análisis de 28 páginas sobre los estados financieros de la compañía canadiense, a los que está obligada por ley, toda vez que cotiza en la Bolsa de Valores de ese país. En el reporte aparece Salvador Aguayo Salinas como vicepresidente de Desarrollo en México.
La otra razón del corporativo Silvercrest Mines para bajar el perfil público de su principal ejecutivo en México, es que Aguayo Salinas enfrenta varios líos legales que pueden afectar a la compañía. Uno de ellos es el proceso jurídico en ciernes, como consecuencia de su ilegal condición de aviador en la Universidad de Sonora.
El otro es más grave y puede llevarlo a la cárcel, si persiste en su negativa de presentarse a declarar ante la Agencia Primera del Ministerio Público del Fuero Común, con sede en Hermosillo, Sonora. Desde el 11 de abril pasado, la representación social inició una Averiguación Previa en su contra por el delito de robo y lo que resulte, bajo el expediente 506/14.
Sin embargo, y no obstante que ha sido reiteradamente citado a declarar en la dirección oficial de la minera canadiense en Hermosillo, Salinas Aguayo ha evadido la acción de la justicia. El personal a su cargo tiene instrucciones de no recibir citatorio alguno. El MP, por su parte, podría girar en cualquier momento una orden de presentación para obligarlo a comparecer. Esto significa que el acusado sería detenido en el lugar en que los agentes policiales lo ubicaran.
En última instancia, y de persistir en su actitud de negarse a declarar, Salvador Aguayo podría convertirse en prófugo y, en su caso, el juez que se haga cargo del caso estaría en posibilidad de obsequiar la orden de aprehensión en su contra.
Los aviadores y la huelga en la Unison
El asunto de los aviadores fue un tema que estuvo siempre presente en la opinión pública sonorense, desde el 28 de febrero de 2014, fecha en la que estalló la huelga en la Universidad de Sonora. Durante los 68 días que duró el conflicto laboral promovido por el STEUS, la duda persistió: ¿De no existir esta fuga importante de dinero, las autoridades universitarias y el Gobierno de Sonora podían haber hecho frente con mayor solvencia a las demandas de incremento salarial que le fueron formuladas?
A nivel nacional, el sector educativo pierde anualmente 35 mil millones de pesos por pagos irregulares a comisionados, aviadores y líderes sindicales. Esto significa que el presupuesto educativo tiene una fuga diaria de 95 millones de pesos.
Tales datos fueron recopilados por la organización Mexicanos Primero, presidida por el empresario Claudio X. González, a partir del reciente censo educativo realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Las cifras resultan de multiplicar el número de personas que ganan como maestros pero no cumplen con una función en la escuela (298 mil), por un sueldo mensual de 10 mil pesos en promedio.
El cálculo no incluye aguinaldo, prima vacacional y otras prestaciones, ni datos de Oaxaca, Chiapas y Michoacán, estados en los que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) obstaculizó el censo.
Con ese dinero se podría incluir a todas las niñas y niños de 3 años en preescolar, o incorporar a 6 millones de jóvenes al programa de becas Jóvenes con Oportunidad, o rehabilitar 35,780 escuelas, según estimaciones de la organización.
En Sonora, las cifras de maestros aviadores en todos los niveles aún no han sido desglosadas por Mexicanos Primero. Sólo casos como el de Salvador Aguayo Salinas se conocen de tanto en tanto, de manera aislada, y no porque las autoridades los descubran y/o sancionen, sino simple y sencillamente porque la sociedad civil lo descubre. Seguiremos informando

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