sábado, abril 28

Atrapados sin salida

Fausto Guerrero Fonseca Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora


Estamos hablando ya desde hace buen tiempo como las Autoridades Universitarias, tratan de complicar, hasta el exceso, las formas, maneras y procedimientos para que ningún maestro de la Universidad pueda acceder a un nuevo y mejor nivel, para que sus condiciones, circunstancias, situaciones y determinaciones académicas laborales que no mejoren a ningún nivel, ya que esto implica mayores erogaciones económicas esto dicen las autoridades, puesto que las que ya existen, se distribuyen a una Burocracia que esta hinchada de trámites, tramitólogos y de intereses particulares puesto que le exigen al pobre trabajador de hora sueltas, que asesore una tesis que nunca se ha escrito y que sea co-autor, también de un libro que nunca ha llegado al taller de redacción, ni a una imprenta, que imprima lo que jamás se ha impreso. En esta tesitura, la UNISON está cerrando por todos los lados posibles el avance económico-laboral de un pobre, razonable y heroico maestro de horas sueltas como se les dice últimamente al maestro de asignatura, o de horas no solo sueltas sino repletas, pueda ni tan siquiera albergar la esperanza de que le vaya bien en cualquier evaluación so-pesada o postergada. Los dados pues están cargados para un solo lado, y en esta obsesión del “no se puede”, nadie podrá acceder de aquí en adelante a los beneficios laudables, que pudiera ofrecer una política de la diversidad o multidiversidad accesibilistica, donde cada maestro(a), pueda tener fe, confianza, esperanza en que más temprano que tarde, pueda acceder no a cargos de elección popular sino a cargos colegiales, esto es, plazas y más plazas… Aunque así tengan que revisar revistas que no existen y libros que nunca se han escrito. Por eso mismo, porque la Universidad ha promovido la filosofía del “No” del no se puede, del no puedes, a pesar de que te esfuerces, no puedes y nunca podrás, porque de lo que se trata es de subir la canasta (Vulgus), poner candados, atores, obstáculos, piedritas y rocas en el camino para que nadie acceda a los beneficios que existen (para todos) gracias a las luchas laborales (mundiales, internacionales, continentales, regionales y locales). La Universidad tiene problemas presupuestales, eso es lo que alegan las autoridades, pero se cruzan de brazos porque hay un lote pasivo laboral y no un lote activo laboral, dicen pues, en pocas palabras que hay lotes baldíos entre los trabajadores académicos y que no les alcanza ni para pagar el predial y así con todo esto, mandan a maestros a cursar estudios de post-grado y estos regresan con todo y grados; pero no encuentran donde colocarse, porque no hay plazas ni para ellos, y algunos ni tan siquiera logran rescatar la pobre (nimia) carga académica que le dejaron cuidando a la Universidad, por mientras regresa y regresa y ya no encuentran nada, ni cubículo, ni computadora, ni pupitres, ni pizarrones, ni nada, ¿hacia donde se fue todo lo que tenían? se preguntan y viene la frustración y se refugian en el ahí se va, abulia, apatía, desconfianza y también en el alcohol. Mayores ingresos, mejores salarios. Esa debería ser la regla universal para todos, pero no es así, porque las prestaciones no alcanzan, los aguinaldos se piden por adelantado y la prima vacacional también, la caja de ahorro elemental para un trabajador se convierte en caja de robo o simple casa de raya, que no logra satisfacer las más elementales necesidades de un honesto trabajador y en lugar de amiga, se convierte bien pronto en su enemiga personal, porque el cheque quincenal apenas le grava la canasta básica y si no hay esperanza para un doctor, menos la habrá para un maestro de horas sueltas o para un maestro que por diversas circunstancias apenas logró obtener el título de licenciatura básica, amén que sus conocimientos rebasen los de cualquier doctorado del interior o del extranjero. Estamos pues ante un callejón sin salida, porque no hay movilidad laboral ni económica porque las condiciones de ingreso y promoción que están hechas para eso: para agilizar no entorpecer ponen candados, lo suficientemente fuertes, para que ni el más sabio, ni el más genio, ni el más adelantado en todo el conocimiento humano conocido, pueda salvar esos obstáculos para que no cualquiera léase nadie o ningún mortal pueda acceder de nivel “A al B al C y al D”, etc., porque la Comisión Dictaminadora en un tiempo para acá se ha convertido en Comisión Exterminadora, pues pocos o nadie son capaces de ganarle ni un solo round en sus veredictos dictatoriales. La política parece ser pues, cerrar las puertas, pero no las puertas de hierro de la Universidad, sino las puertas de accesibilidad académico-laboral de los trabajadores de las aulas. Así tenemos que esta política crea o produce académicos de elite que lejos de levantar o poner en alto el nombre de nuestra alma mater a nivel no solo internacional, continental, nacional, regional o local, los vemos aplicando y correteando a veces por los pasillos de las diferentes escuelas y departamentos aplicando y llenando formatos (Promep) o Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y ahí se les van los días no cachando bolis, sino cachando cheques y muy bien por ellos; pero para los demás ¿Cuándo?. Los mecanismos pues de ingreso y promoción están escritos en sanscrito para que nadie los entienda y así se cumpla el viejo proverbio que dice: La Universidad es de todos, pero no para todos. ¿Y los pensionados y jubilados? ¡Bien gracias! Pues quienes ya llegaron, ahora si, por la edad a este ultimo nivel no quieren irse, no quieren abandonar la universidad, porque simplemente no tienen más ingreso que este y saben que no les alcanzara ni para la tarjera del suba si bien les va, aunque por la salud no se preocupan, pues a fuerza de tanto experimentar la calamidad ya se dieron cuenta que el medico similar de las farmacias similares y las hierbas del mercado Zazueta, son más eficaces que el mismo Hospital Chávez y las traumatólogas atenciones del Hospital CIMA con todo y gastos médicos mayores que no sirven más que para que el pobre profesor se nos muera de un infarto ¡por tanto coraje que hace! Pues no va al Chávez porque ya te la chabes y menos al CIMA, porque se te encima y todo porque no hubo Instituciones Públicas, Federales ni Estatales que pudieran competir dándonos un servicio de calidad, como se supone que nos merecemos todos o cualquier mexicano de cualquier estrato social. Y da la pésima casualidad de que quienes están en las Comisiones de Ingreso y Promoción son parte de ese grupo de elite o sea los encumbrados a quienes les importa un comino la base magisterial expoliada, vulgos la perrada y así se hacen cómplices directos de la filosofía del no se puede, más bien del no le busques porque tú no puedes, solamente yo puedo aspirar a la titularidad (sea esta A, B o C), y las promociones se hacen sin consideración y sin tacto; pero con mucho obstáculo y así, eso de quién titula a quién para hacerse de puntos, se convierte en un tianguis o en una verbena popular, donde las políticas endogámicas, misogámicas o menopáusicas, salen a relucir, por encima de criterios académicos que debieran buscar agilizar los procesos de ingreso y promoción y no entorpecerlos, como se ha venido haciendo hasta ahora. Que quede atrás el dicho de cuanto tienes cuanto vales, a cambio de cuanto produces intelectualmente, por lo tanto cuanto avanzas. Porque si bien cierto que no somos muchos –pero igual si lo fuéramos– el doble o el triple más, habría para todos si aplicáramos políticas de estrategia múltiple: unos estudiando en Rusia, otros en Escandinavia, China, Taiwán, Australia o Japón; otros pensionándose no para irse a dormir sino para terminar la quincuagésima investigación que quedó empezada; otros más dando conferencias intra y extramuros, hasta incluso en los barrios más pobres de la ciudad, acercando el conocimiento, la sabiduría, el arte, la ciencia, el saber a los estratos más desprotegidos de la población, llevando la Universidad sus valores y sus triunfos al centro del pueblo mismo. Pero desafortunadamente esto no es así y ante la situación que se está viviendo en la Universidad hoy, corremos el peligro de quedarnos como en la película de Hollywood: ¡Atrapados sin salida!

Fuente: STAUS.

0 comentarios: