jueves, abril 24

¿Universidad empresa o Universidad pública? Dilema en la Unison

not_280_23_04_2014_08_31Por:Oscar Yescas Domínguez

Publicado el día 15 de abril 2014

La Universidad de Sonora en México cumple el día de hoy (15 abril 2,014) 46 días en huelga, desde que el Sindicato de Trabajadores y Empleados decidió paralizar las actividades de esta institución educativa por violaciones al contrato colectivo de trabajo. A pesar del tiempo transcurrido a las autoridades universitarias parece no interesarles negociar con los huelguistas por lo que este conflicto se perfila que durará más allá de esta semana santa.

En este marco el Sindicato de Trabajadores Académicos (STAUS), inició tardíamente las negociaciones con las autoridades universitarias  para la revisión salarial correspondiente a este año.

He tenido oportunidad de asistir a las reuniones de la Comisión negociadora de ambas partes, que dicho sea de paso, empezó a funcionar con un retraso considerable por la falta de respuesta de las autoridades administrativas que se negaban a iniciar el proceso de negociación con el STAUS bajo el argumento de que la Universidad estaba en huelga por el STEUS, lo cual deja poco tiempo para las negociaciones ya que los académicos tenemos emplazada a huelga a la misma institución para el próximo 30 de abril.

Al analizar las intervenciones de ambas partes creo estar en condiciones de hacer algunas reflexiones que tienen como punto de partida la Psicología de grupos y la Psicología de las organizaciones, mismas que considero de gran importancia poner en el tapete de la discusión para entender la dinámica de funcionamiento de este grupo formal y sobre todo comprender el porqué de los escasos resultados obtenidos hasta la fecha.

Por un lado, se encuentra el pequeño grupo de representantes de la Universidad de Sonora en la comisión negociadora, entre los cuales se encuentran el abogado general de la universidad, el Director de Recursos Humanos, el Secretario particular de no sé quién y liderados por la Secretaria General Administrativa María Magdalena González Agramón.

Acerca de su funcionamiento puede decirse en principio que es un grupo de personas girando en torno a su líder formal, quien centraliza las intervenciones y sus acompañantes casi no intervienen.

https://www.youtube.com/watch?v=ydChVRuZ1Vc&feature=youtu.be

Quien lleva la voz cantante es la única mujer del grupo que responde a todos los cuestionamientos hechos por los académicos, toma el control de la palabra para replicar los argumentos de los docentes, mientras que su séquito de hombres solo se limita durante toda la reunión a cuchichear entre sí o enviarse mensajes de texto mutuamente. Sólo intervienen en forma muy ocasional a petición expresa de la mujer que los liderea.

No hace falta ser un especialista en grupos para determinar que el vínculo que mantienen entre sí como grupo es el vínculo de dependencia y que su actitud es de sumisión y obediencia para con la líder formal, quien concentra el mayor número de intervenciones en las discusiones con la parte de los académicos.

En ese sentido puede afirmarse con gran certeza que éste vinculo de dependencia y sumisión está basado en el ejercicio permanente de un estilo autocrático de liderazgo que se refleja en el hecho de que nadie dice o hace nada sin la autorización de la líder formal, que en este caso es María Magdalena González Agramon, Secretaria General Administrativa de la Universidad de Sonora.

Al relacionar el comportamiento de este grupo que se observa completamente dependiente de su líder formal, con el comportamiento que ha presentado en las últimas semanas el líder formal de la Universidad de Sonora, heriberto grijalva monteverde, quien funge como rector de la misma, veo que de manera inevitable se llega a la misma conclusión de que también éste último se inclina por una filosofía de autoritarismo en el ejercicio de su cargo, lo cual se refleja al ocultar la información sobre el manejo de recursos financieros de la institución educativa, al mantener una gran distancia con los que dice representar (ya sea trabajadores o académicos) y al negarse a dialogar con ambos sindicatos, sin importarle que uno de ellos (STEUS) lleva ya 46 días en huelga, por la que la máxima casa de estudios en Sonora se encuentra paralizada afectando a mas de 40,000 universitarios.

Vemos entonces que tanto el rector como la secretaria general administrativa de la Universidad de Sonora coinciden en el desempeño de sus cargos al  comportarse abiertamente como  líderes autocráticos, que tienden a controlar todo a su alrededor intentando inhibir la participación de los demás, centralizan la toma de decisiones, controlan el manejo de la información y tienden a manipular la misma a favor de sus intereses personales. Aún cuando reciben argumentos claros y contundentes que demuestran lo irracional de sus respuestas, persisten en las mismas aún cuando estén llenas de contradicciones o simplemente hacen mutis cuando no pueden refutar cuestionamientos fuertes y caros.

https://www.youtube.com/watch?v=FdGCK4gxm6A&feature=youtu.be

Por el lado del grupo de los académicos, se puede ver que la Comisión negociadora se presenta acompañada de un grupo amplio de personas (veinte personas en promedio) que cuentan con gran antigüedad en la Universidad ejerciendo sus cargos como académicos, con altos niveles de especialización educativa en diversos campos.

Es notable como este grupo de individuos (dentro de los cuales me encuentro) toman el control de la reunión y la conducen en forma ordenada, comparten todos la misma información sobre los asuntos que se están discutiendo, se turnan civilizadamente para hacer sus intervenciones, utilizan como método la búsqueda del consenso para tomar sus decisiones, se preocupan en forma auténtica por desempeñarse como verdaderos representantes ya que tienen que cumplir cuentas con sus representados.

En base a las anteriores observaciones puede decirse sin lugar  dudas que funcionan como un verdadero equipo integrado en el cual existe un liderazgo distribuido y compartido que puede denominarse sin confusión alguna como liderazgo democrático.

Al constatar esas condiciones y características en su funcionamiento la inevitable conclusión es que conforman un grupo integrado que funciona en base a la existencia del vínculo de la colaboración entre sus integrantes y que esto les permite exhibir un funcionamiento similar a la de un equipo de trabajo donde la intervención de uno complementa y refuerza la intervención de los demás.

En este grupo de sindicalistas se puede apreciar en sus intervenciones el alto nivel de preparación de los mismos, ya que son académicos especialistas  en diversos campos (finanzas, administración, derecho, etc.), lo que les permite tener intervenciones individuales que sin excepción alguna, aportan elementos para generar un debate de altura sobre lo que se está discutiendo en dicha comisión negociadora (estados financieros, administración de recursos, situación económica del país, derechos laborales, etc.).

Si partimos de la premisa de que todos los grupos sociales tienen una estructura que está basada en su cultura y de la cual se desprende su funcionamiento, y ubicamos a estos dos grupos como parte integrante de una misma organización, podemos decir también que estos dos grupos tienen una percepción diferente de lo que debe ser la organización a la que pertenecen, esto es la universidad de Sonora y concepción diferente también sobre lo que es la educación universitaria.

La perspectiva patronal

La actitud de las autoridades administrativas proyecta una imagen de que ellos perciben a la universidad en forma similar a la de una empresa, en donde el rector y autoridades son los directivos que administran todos los recursos (financieros, materiales y humanos) y pretenden tener un control absoluto sobre todos los recursos. Los trabajadores y académicos son reducidos a la condición de empleados al servicio de la empresa y como tales son concebidos como recursos humanos que deben ser “administrados” bajo su mando.

El carácter público de la universidad desaparece en esta concepción y surge en su lugar el concepto de rentabilidad propia de una empresa, por lo que su función social de apoyo a la comunidad desaparece y es substituida por la visión de una empresa que ofrece un servicio a determinados clientes.

Los clientes de esta universidad-empresa vienen a ser las empresas privadas que requieren profesionistas que les ayuden a aumentar y control la producción. En ese sentido los estudiantes vienen a consumir un producto-mercancía que es una educación de tipo tecnocrático, no humanista que les permitirá incorporarse al mercado. En este proceso de degeneración la educación universitaria también es reducida a la condición de una mercancía que puede ser comprada por el mejor postor.

La filosofía de administración de la mercadotecnia en este proyecto de universidad-empresa considera que la motivación principal de los clientes para consumir su producto-servicio (estudiar pues) está basada en la intención de estudiar una profesión para ganar más dinero y a través de ello "lograr la felicidad".

La obtención del dinero como meta principal en la vida de toda persona en el contexto de una sociedad que padece una anomia social, es decir, una crisis de valores. Cabe mencionar que esta meta coincide con la meta que promueve la “narcocultura” vigente en nuestra sociedad que plantea que lo más importante en la vida es la obtención del dinero.

Con esta “nueva universidad” que coincide en tiempos con el “nuevo Sonora” del gobierno panista sonorense, intentan dejar atrás aquellos tiempos  en los que los estudiantes de la Universidad de Sonora estudiaban motivados principalmente por una vocación social, para "ayudar a los demás", para "mejorar la sociedad", para "realizar un cambio social" y optaban por ingresar a una universidad crítica y científica para prepararse como agentes de cambio social.

Esta conversión de una universidad pública como universidad-empresa no es gratuita, es el resultado de la enajenación que proviene del sistema capitalista que promueve una sociedad de consumo y que conduce la división social, mediante la difusión de una ideología individualista y competitiva, que impide ver a los demás como parte de una unidad (comunidad universitaria) y que promueve el consumo como medio para lograr “una buena vida”.

A los ojos de este proyecto de universidad-empresa los grandes problemas sociales como la desigualdad social, la creciente pobreza económica, la corrupción e impunidad, no interesan sólo importa satisfacer las necesidades del mercado (las grandes empresas) para formar profesionistas que tengan las “competencias” necesarias para triunfar en un mundo de mayor competencia en el mercado y el parámetro utilizado para medir el éxito es invariablemente económico y se cuantifica con el nivel de ingresos que obtienen las empresas y los egresados de las universidades.

Bajo este esquema de la Universidad empresa, los investigadores, docentes, científicos, intelectuales y artistas que conformamos la planta docente de la Universidad de Sonora pasaremos a ser  los empleados al servicio del cliente que formaremos en función de las necesidades del “mercado”.

Sólo falta que nos digan que  “el cliente siempre tiene la razón” y que sean los estudiantes mismos quienes definan los contenidos de las materias que impartimos.

En este punto vale la pena aclarar el concepto de mercado para saber de qué estamos hablando. Bajo una perspectiva mercadológica, el mercado viene a ser “el conjunto de personas, grupos u organizaciones que comparten necesidades, deseos y expectativas que desean satisfacer y que cuentan con la capacidad económica para demandar (comprar) el producto o servicio que satisfacerá esas necesidades, deseos o demandas”.

Por lo anterior solo puedo decir que no puede haber mayor insulto para un prestigiado grupo de académicos, científicos o intelectuales que ser reducido a tal rol de sirviente.

En el afán de lograr tal conversión de una universidad pública a una universidad-empresa, se empieza a manejar la idea de que la prolongada huelga de más de 46 días que paraliza la Universidad de Sonora se debe a la ambición de los sindicatos universitarios que afectan los derechos de “la esencia de la universidad” los estudiantes. No mencionan que las autoridades administrativas se negaron a reunirse con los sindicatos durante un largo período de tiempo y que el rector no se ha presentado en ellas.

Para comprender mejor la situación, debemos precisar que el proyecto de universidad empresa de heriberto grijalba y compañía, coincide plenamente con parte de los cambios sociales provenientes de la globalización de los mercados, es decir, de la tendencia que se observa a nivel mundial de privatizar todo tipo de productos y servicios, dentro de los cuales la educación universitaria se pretende reducir al nivel de una mercancía más.http://resumen.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=8834%3Ael-trabajo-academico-el-asalto-neoliberal-a-las-universidades-y-como-deberia-ser-la-educacion-superior&catid=12%3Aeducacion&Itemid=56

Una mercancía que tendrá un valor alto ya que se trata de educación universitaria, por lo que con toda seguridad se encuentra dentro de sus planes el incremento de todo tipo de cuotas para los estudiantes. Los trámites de inscripción, la emisión de credenciales, la presentación de exámenes extraordinarios y profesionales, serán sin duda alguna los rubros en los que se incrementará la tarifa de pago.

A los que intentan privatizar la universidad de Sonora no les interesa la educación universitaria, el desarrollo profesional de los docentes, ni el desarrollo profesional de las nuevas generaciones de estudiantes, ni mucho menos el desarrollo social de la comunidad sonorense.

Para lograr este fin, la administración universitaria tiene necesidad de acabar con el obstáculo que representan los contratos colectivos de los trabajadores universitarios y por supuesto, debe eliminar a los propios sindicatos universitarios.

Este es el motivo real por el cual no se ha logrado solución alguna al conflicto de huelga en la Universidad de Sonora y por el cual se espera que el STAUS sea empujado también a lanzarse a la huelga porque la intención de las autoridades es eliminar los contratos colectivos que contienen los derechos de los trabajadores y académicos universitarios y desacreditar a los sindicatos universitarios para obtener apoyo social al momento de decretar su eliminación.

La perspectiva sindical

Por el otro lado, el Sindicato de Trabajadores Académicos que cuenta con más de 2,000 afiliados, tiene un historial que refleja la democracia como forma de vida. La elección de sus dirigentes es en base a un sistema democrático, su funcionamiento se rige en toma de decisiones bajo consenso y su estructura es mas horizontal que piramidal.

Cuenta con una inmensa mayoría de académicos que han dedicado toda su vida a la enseñanza universitaria de tal forma que un buen número de ellos se encuentra ya en condiciones de jubilación y otro mayor en prejubilacion, pero que lamentablemente no lo pueden hacer por la corrupción imperante en el Gobierno del Estado de Sonora que “desapareció” $ 2,000 millones de pesos, del fondo de ahorro de pensiones y jubilaciones ahorrado durante años por los docentes, sin explicación alguna ni castigo a los responsables hasta el momento.

Desde su inicio el Sindicato de Trabajadores Académicos se ha caracterizado por su independencia de las autoridades universitarias y por la solidaridad de clase que ha establecido con otros movimientos sociales de la región, lo que le ha adjudicado un indiscutible papel de liderazgo social.

Los diferentes  Comités Ejecutivos que han integrado la dirección del STAUS a lo largo de su historia, han buscado satisfacer en todo momento las necesidades de estabilidad laboral, salud,  y desarrollo profesional de los integrantes de esta organización sindical.

La meta principal de las diferentes direcciones sindicales ha sido la mejora constante y permanente de las condiciones de trabajo de los académicos. En esta labor han contado con el apoyo irrestricto de la base sindical que parte de la premisa de que los docentes satisfechos incrementarán su productividad y calidad académica como docentes en beneficio de los miles de estudiantes de la Universidad de Sonora con lo cual se espera mejorar la calidad de la educación universitaria. Esta filosofía de trabajo es lo que ha permitido posicionar a la Universidad de Sonora dentro de las diez mejores universidades del país.

La filosofía política de la que parte la dirigencia sindical es producir ciencia para mejorar la cultura, retomando el lema del STAUS “Ciencia y cultura”. Con el mejoramiento de las condiciones de trabajo de los docentes de la Universidad de Sonora, se aumentará y mejorará la producción del conocimiento científico y se podrá hacer realidad el lema de la universidad de Sonora “El saber de mis hijos hará mi grandeza”.

Se pretende que los egresados de la universidad de Sonora contribuyan el desarrollo económico y social del estado y país mediante su intervención en los diferentes grupos y organizaciones que conforman la comunidad sonorense. El éxito se mide aquí en el nivel de satisfacción obtenida por los usuarios de los servicios de los profesionistas formados en la Universidad de Sonora, es decir, los grupos y organizaciones que conforman a la comunidad sonorense.

Los académicos que han entregado su vida productiva al desarrollo de la Universidad de Sonora, han asimilado el compromiso social que tiene una universidad pública con la comunidad de la cual forma parte integrante.

En esta revisión salarial del 2,014, está claro para los académicos que la lucha no se limita a las demandas por aumento salarial o mejoras en las condiciones de trabajo. La huelga del sindicato hermano de trabajadores y empleados de la Universidad de Sonora (STEUS) que por más de 46 días ha tenido paralizada la institución educativa, ha sido el espejo en el cual los docentes se han visto para tomar consciencia de que la lucha de los trabajadores y académicos universitarios debe centrarse en estos momentos en la defensa del derecho de huelga, de los contratos colectivos de trabajo, de la existencia misma de ambos sindicatos así como del carácter público de la universidad de Sonora.

Por ello mismo, la huelga del STEUS y la inminente huelga del STAUS rebasan el ámbito de la lucha económica y se inscriben en el marco de la lucha política, lo que plantea la exigencia de la unidad en la acción de ambos sindicatos.

La Universidad de Sonora se encuentra sumergida actualmente en una crisis por la incapacidad de diálogo y negociación de las autoridades universitarias y por el vacío de liderazgo existente en su interior, las autoridades han demostrado una actitud de cerrazón y autoritarismo con el sindicato de trabajadores universitarios prolongando mas allá de lo necesario una huelga de fácil solución y actuando con dilación y retraso en la discusión de las negociaciones con el sindicato de académicos.

Este es el contexto que rodea actualmente a la Universidad de  Sonora que se encuentra en medio de dos proyectos que pretenden hacerla suya. Dos proyectos que exigen una definición de los integrantes de la comunidad universitaria acerca del tipo de universidad y educación que queremos.

Por un lado, el proyecto mediatizado y privatizador  de las autoridades universitarias que pretenden convertirla en una universidad-empresa y por otro lado, el proyecto de los académicos y trabajadores que intentan rescatar el carácter público de la misma, defendiéndola del saqueo de sus recursos por la corrupción de las autoridades universitarias y que busca la transformación de la universidad mediante un proceso de  democratización de su dinámica interna.

La comunidad universitaria debe tomar consciencia de que la actual no es una revisión como la de otros años, sino que está en juego el futuro de la Universidad de Sonora, por lo que es necesario que todos nos sumemos en un frente unido para defender a nuestra Alma Mater.

Mientras los estudiantes despiertan de su letargo, saquemos las negociaciones adelante, solidaricémonos con los trabajadores en huelga y empecemos a prepararnos para el siguiente paso que es cambiar la antidemocrática ley 4 que rige a la universidad de Sonora y que es la que permite la centralización y prepotencia de las autoridades administrativas.

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