miércoles, septiembre 7

Delincuentes del Fuero Común en la Unison

Nuestra Casa de Estudios ¿Qué forma?: ¿Estudiantes, futuros profesionistas? o ¿Futuros sicarios y torturadores?.

            La pregunta viene al caso por las graves denuncias que la Comisión de Derechos Humanos y Universitarios a través de su representante la maestra Catalina Soto ha hecho respecto a las “novatadas” en la UNI-SON, no sólo en el Departamento de Agricultura y Ganadería sino de otros más.

            No obstante, hay algo muy claro y concreto, se favorece este tipo de prácticas arcaicas por parte de las autoridades y se solapa a delincuentes del fuero común, en aras de un regionalismo mal enfocado y fuera de contexto.

            Este tipo de prácticas, de normas no escritas pero aceptadas, sobre todo por la autoridad y el personal académico, da un doble mensaje:

A los agresores: Por un lado el lema de nuestra Alma Mater reza: “El saber de mis hijos hará mi grandeza”, por otro, paradójicamente, se los conmina a hacer uso de la violencia física, a disfrutar de su posición de torturadores y ser temidos, algo muy cercano a la figura del sicario, con la garantía tácita de que su actuación no tendrá consecuencias ante la ley; para someter a los novatos, hacen uso tanto de garrochas eléctricas para bajarlos del camión, como de golpes y amenazas de muerte si no se doblegan.

A los agredidos: Vivir con una constante incertidumbre, con temor, intimidados por una turba enardecida que desea sangre y constatar por ello que no se respetan mínimamente sus derechos humanos, y sobre todo, sus derechos constitucionales, generar odios y resentimientos de por vida y aceptar que la Ley se hizo para quebrantarla y con ello la consigna. . . “Ya te tocará a ti el año que viene”  Es decir, pasar la estafeta a la siguiente generación.

A los padres de familia:  Envíanos a un hijo-a a estudiar y te lo devolveremos herido,  física y emocionalmente,  si sobrevive, en el mejor de los casos, porque (De hecho ha sucedido en el pasado) te lo podemos devolver en un ataúd.  Se sacrifican (sobre todo los padres de alumnos foráneos) para darles alternativas de estudio a sus hijos y nos complacemos en destruirlos.

            La Universidad de Sonora, al transformar sus planes de estudio y establecer una serie de asignaturas del eje común (a cursar por todos los estudiantes) para dotarlos de más herramientas,  con estas prácticas contradice en los hechos el sentido de tales contenidos, me refiero a las materias de Características de la Sociedad Actual y a Ética y Desarrollo Profesional.

            El impacto de este tipo de experiencias enfrasca a los alumnos en un regionalismo, donde la democracia y los derechos más elementales del hombre, brillan por su ausencia; donde no tienen voz ni voto a pesar de la reglamentación existente;  donde la violencia y el agandalle es la moneda diaria.

            Sobre la materia de Ética y Desarrollo Profesional ¿Qué decir con tales antecedentes y esas primeras experiencias de quienes recién ingresan? Si las mismas autoridades “morales” no son capaces de levantar la voz para defenderlos, y disfrutan de los acontecimientos que ellos mismos generan, ¿Qué tipo de ética practican? ¿ La del sicario o la de un académico preocupado por sus estudiantes?.

            Pero, siendo más curiosa, mi duda es ¿Qué pretenden las autoridades universitarias al permitir y solapar este tipo de prácticas? ¿Destruir la única alternativa de estudio para el pueblo?.

            Lo que pagas tú, comerciante, agricultor, electricista, madre soltera, pueblo en general con tus impuestos para sostener esta Casa de Estudios ¿Se está empleando para ello ó es parte de un plan maquiavélico para terminar de hundirla?

            Si no somos capaces de poner freno a esto y otros tipos de violencia (Como el acoso sexual que existe pero que nadie quiere reconocer, y el laboral por supuesto) entonces ¿Qué estamos haciendo? ¿A qué interese perversos servimos?

            Es triste ver la decadencia que impera en cuanto a relaciones humanas en la Universidad de Sonora, y más triste es constatar (Como en lo personal lo he hecho) que en otras Universidades privadas de esta localidad se preocupan más por la calidad, no sólo académica sino humana de sus alumnos.

            La pegunta para las autoridades y el personal académico de la institución es ¿Ante estas situaciones, tienes el valor o te vale?

Depto. de Sociología y Administración Pública de la UNI-SON.

Ing. Agrónoma, Lic. En Administración Pública,

Maestría en Políticas y Seguridad Pública

y estudiante del Doctorado en Administración Pública por el ISAP.

belindamarquezulloa@hotmail.com

Fuente: http://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=99668&relacion=&tipo=Principal1&categoria=1

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