lunes, mayo 30

GARCÍA LUNA, LOS LAMBISCONES, Y EL REFLEJO CONDICIONADO

Los gobiernos de derecha actúan guiados por reflejos condicionados. El reflejo condicionado es una disposición no natural de la conducta, descubierta por un tal Pavlov. La cosa va más o menos así: Pavlov tenía unos perros a los que les daba de comer; pero, antes de acercarles el plato, hacía tocar una campanita. De manera natural las glándulas salivales se activan al percibir la comida. Pavlov descubrió que para hacer salivar a los perros no era necesario acercarles el alimento, estímulo natural, sino que bastaba sólo tocar la campanita, estímulo no natural; había conseguido condicionar la conducta de sus perros. Por cierto, muchos políticos, para salivar, no necesitan ni comida ni campanita ¡basta acercarles un presupuesto!, pero esa es otra historia.

Un ejemplo de reflejo condicionado es el comportamiento de la derecha con el presupuesto educativo, particularmente el destinado a las universidades. Año con año los gobiernos de derecha proponen una reducción al presupuesto de la UNAM. A nivel internacional esta universidad obtiene logros y reconocimientos cada vez mayores. Pero nada de eso importa; cada año, en cada propuesta de presupuesto, se proponen recortes. Al tiempo, se promueven campañas de desprestigio destinadas al fracaso, pues son desmentidas por los logros internacionales (el más reciente: el premio Príncipe de Asturias, para la UNAM). Guardadas distancias y proporciones, el caso aplica para la UNISON. Los reconocimientos y logros deberían ser un estímulo para que se destinaran más recursos a las universidades. Pero no, existe un condicionamiento negativo, en la conducta de los gobiernos de derecha, que los obliga a proponer, siempre, recortes presupuestales.

Exactamente lo inverso sucede con el presupuesto policiaco y militar. Cada año, los gobiernos de derecha proponen aumentos ¡aumentotes! Al presupuesto de las corporaciones policiaco militares. Cada año la situación de seguridad pública se deteriora. Y cada vez hay más señales de que buena parte de los recursos crecientes de estas corporaciones se utilizan para cometer crímenes y para apoyar bandas criminales. En este caso existe un condicionamiento positivo: independientemente de lo que suceda, de si sirve de algo o no, los gobiernos de derecha, siempre, propondrán incremento en el gasto policiaco. No existe en el gasto federal, desde 2001 a la fecha, ningún rubro que haya crecido más que el destinado a la Secretaría de Seguridad Pública.

García Luna pide más, y más le dan. La SSP se duplica y la violencia se duplica. García Luna vuelve a pedir más, y le vuelven a dar más. La SSP se triplica y la violencia se triplica. Entonces ya no se sabe si a García Luna la dan más dinero porque la violencia crece; o la violencia crece por que a García Luna le dan más dinero. En esa levedad del matiz está el dilema, como dijera nomeacuerdoquién.

García Luna es la personificación del costoso fracaso del gobierno de Calderón. No hay manera de que con un mínimo dato en la mano, nadie, exhiba la menor señal de que la situación de seguridad en el país haya mejorado, o vaya a mejorar en un futuro próximo. Los responsables de ese desastre son Pinky y Cerebro (García Luna y Calderón, Calderón y García Luna). Pero, entonces, ¿Por qué tantos medios, tantos “periodistas”, salieron a defender a García Luna cuando Sicilia pidió su renuncia? La respuesta es sencilla: es un reflejo condicionado.

Si usted asiste a un espectáculo circense, que incluya números con animales, notará que después de cada gracia efectuada por un animal, la persona encargada del número suele pasar disimuladamente la mano por el hocico del animal, para entregarle su sabroso premio. Así se condiciona la conducta de las bestias. El gasto gubernamental en publicidad, que se cuenta en miles de millones al año, condiciona el comportamiento de medios y “periodistas”. Investigue usted el gasto del gobierno en Televisa, en Radio Fórmula, en Azteca y en un largo etcétera; verá entonces pasar la mano del gobierno, sin disimulo alguno, por el hocico de la bestia “informativa”. Mal harían en no defender a García Luna; pecarían de malagradecidos. Y ese pecado es muy feo.

Esta mañana Genaro García Luna dará una conferencia en Hermosillo. Los que quieran escucharlo pagarán ¡quinientos pesos! Parece que el responsable de una política de seguridad que hasta ahora ha costado cerca de cuarenta mil muertos, tiene algo que decir a los hermosillenses. El responsable de actos gravísimos de corrupción policiaca (caso de la banda de La Flor); el responsable de farsas montadas para la televisión, que hubieran sido motivo de cese fulminante en cualquier país que no fuera una república bananera; ese, hablará ante sonorenses que, para escucharlo, pagarán quinientos pesos. Lo oirán y lo aplaudirán. Será otro caso de reflejo condicionado. Será gente que, sin saber por qué, aplaudirá al poder por el poder mismo. Como las focas que aplauden con el agua hasta el cuello, esperando la mojarrita, en la mano del domador.

En la cultura política mexicana, la genuflexión, vil agachismo, es vista con naturalidad y hasta admiración. No es algo nuevo. Ya en 1950, en su Laberinto de la Soledad, Octavio Paz advertía lo siguiente: “El servilismo ante los poderosos... es una de las deplorables consecuencias de esta situaciòn. Otra no menos degradante, es la adhesiòn a personas y no a principios. Con frecuancia nuestros polìticos confunden los negocios pùblicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administraciòn les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer)”

La lambisconería, a la que se refería el Nobel mexicano de las letras hace sesenta años, es causa y efecto del desastre nacional. Pero una pregunta será siempre necesaria: ¿Quién es más culpable, el que lame o el lamido?

Martín Vélez

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