jueves, noviembre 5

Selección de nuevos Jefes en la UNISON

Buen Búho (Redacción)

Definitivamente la Ley Orgánica de la Universidad de Sonora no es democrática, ya que los puestos de mando no son votados por la comunidad universitaria. De lo poco salvable en términos de democracia está el proceso para elegir consejeros divisionales y académicos, y de allí todo es vertical y cerrado. Pero aún en lo referente a la elección de consejeros, en algunos departamentos son los Jefes los que marcan la línea de quienes deben de postularse, y ser votados. El personal académico, al menos en parte, permite este control, que evita ejercer la poca democracia que se permite en la Universidad de Sonora. Para la eleción de Jefes de Departamento, la ley no permite democracia, y el vicerrector en turno selecciona una terna de la que el Consejo Divisional escoge. En los tiempos que corren, la vicerrectora, Dra. Guadalupe García de León, en una forma de “auscultación” para “tomar en cuenta” a los académicos de los departamentos en que habrá cambio –o renovación- de jefe, lleva a cabo la dinámica de reuniones para a partir de las opiniones vertidas seleccionar las ternas. El problema de esta dinámica es que en los departamentos en que se ejercen jefaturas en que los titulares se sienten dueños del departamento, hay académicos que temen manifestar su verdadera opinión de los candidateables, entre los que el fuerte será el que el jefe saliente ha con anticipación proyectado. Por ejemplo, algunos jefes empiezan a presentar en sociedad a su sucesor promovido invitándolo a reuniones a que citan a Jefes de Departamento. Esto es un mensaje para que sus aliados se enteren a quien deben de apoyar a la hora de votar. Pero bueno, si la Vicerrectora ahora quiere demostrar que le interesa la opinión del personal del Departamento involucrado, la mejor manera en que pudiera hacerlo es que a partir de ahora, en los departamentos en que habrá cambio de jefe, se convoque a una votación de los miembros del departamento, y en la que se puedan postular de candidatos todos los interesados, sean tres o más. Una vez pasada la votación, seleccionar para terna a los tres que tengan la mayor votación, y acordar con quienes voten oficialmente, a que voten por el que gane las votaciones en el Departamento involucrado. Haciendo esto, la Vicerrectora daría un gran paso que anunciaría vientos de cambio favorables en el Alma Máter, viciada por la estructura vertical que hace sentir que la academia no tiene un papel de relevancia ante los administrativos. Vientos favorables que podrían indicar que pudiera haber una buena sucesión en poco menos de cuatro años. Como es también costumbre en la Universidad, a los académicos a los que se simulará tomar en cuenta, se les hace solo un aviso express, quizá de un día para otro. Detrás de bambalinas, los que están inmersos en el sistema ya planearon todo lo que quieren hacer, y entonces queda la impresión de que la supuesta consideración a la opinión de las mayorías solo es para planificar cómo llevar a feliz término (para ellos) lo planificado.

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