martes, abril 12

Desplegado publicado en El Imparcial

Hermosillo, Sonora 11 de abril de 2011

Al pueblo de Sonora
A los estudiantes
A la comunidad universitaria

Los profesores universitarios no tuvimos otra opción que irnos a huelga el pasado 30 de marzo ante la demanda de un salario justo, estabilidad en el empleo, atención médica y el acceder a una jubilación digna. El conflicto se pudo haber evitado, pero la autoridad universitaria y el Gobierno estatal no atendieron desde tiempo atrás nuestras peticiones y por ello son los directamente responsables de la paralización de labores y de la afectación a los estudiantes.

El pasado sábado 09 de abril levantamos nuestro movimiento de huelga con importantes logros y en base a un proceso democrático. Cabe señalar que, contrariamente a lo expresado por el Rector de que el 04 de abril debió de haber concluido el conflicto, no fue sino hasta el 09 de abril cuando la Asamblea General del STAUS consideró que se contaba con los elementos necesarios para tomar la decisión de levantar la huelga. Es por ello que sostenemos que la huelga y su alargamiento, fue producto de la corta visión de las autoridades universitarias y gubernamentales que aún no logran entender el rechazo que existe entre los académicos ante sus políticas y acciones impositivas y represivas.

Con la paralización de labores pudimos avanzar en rubros significativos de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, aunque desafortunadamente los problemas estructurales que acompañan la desatención gubernamental hacia la Universidad de Sonora y la falta de democracia a casi 20 años de la implementación de la “Ley Beltrones”, continúan siendo un elemento que afecta negativamente a toda la planta académica y a la comunidad estudiantil.

Los universitarios hemos aprendido en estos años que la discrecionalidad en la toma de decisiones por parte de la autoridad en el manejo del presupuesto, así como los desmedidos salarios de los funcionarios universitarios han sido parte de los males que siguen agobiando la buena marcha de una institución que se ha hecho grande, no en base a estructuras autoritarias, sino en base al talento y empuje de sus académicos, trabajadores y estudiantes.

Los del poder dijeron que pedimos muchas cosas, pero nuestros compañeros siguen muriendo en las aulas antes de poder jubilarse y existen profesores con más de 20 años de antigüedad que no han accedido nunca a una plaza, o devengan salarios muy bajos, mientras continúan las fabulosas remuneraciones de la burocracia universitaria y el crecimiento desmedido de la misma.

Los profesores e investigadores hemos hecho de la Unison, una de las mejores universidades del País, y nuestro compromiso seguirá siendo con la superación académica, entonces: ¿Por qué las autoridades no reconocen justamente nuestro trabajo?

Nosotros no pedimos en nuestra revisión contractual 600 millones de pesos como los transportistas, o 100 millones como los diputados locales, pero sí justicia para nuestros compañeros, y que más jóvenes puedan ingresar a la Universidad de Sonora, la universidad del pueblo.

Nuestras demandas siguen vigentes: democracia en la Unison, más estudiantes en las aulas universitarias y justicia laboral para los profesores. En realidad, ¿eso significa el exigir mucho?

¡Justicia social, justicia laboral!

Fraternalmente
STAUS
Ciencia y Cultura

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